Un equipo internacional que utiliza la Cámara de Energía Oscura (DECam) montada en el Telescopio Víctor M. Blanco de 4 metros en el Observatorio Interamericano Cerro Tololo en Chile, mediante el Programa de NOIRLab de NSF, descubrió tres nuevos asteroides cercanos a la Tierra (NEAs ) escondido en el Sistema Solar interior, la región interior a las órbitas de la Tierra y Venus. Esta es una región notoriamente desafiante para las observaciones porque los cazadores de asteroides tienen que lidiar con el resplandor del Sol.

El asteroide, llamado 2022 AP7, logró evitar la detección durante tanto tiempo porque orbita en la región entre la Tierra y Venus. "Hasta la fecha, solo se han descubierto unos 25 asteroides con órbitas completamente dentro de la órbita de la Tierra debido a la dificultad de observar cerca del resplandor del sol".  Para buscar estos objetos en el espacio entre las órbitas de la Tierra y Venus, una región denominada sistema solar interior, los astrónomos emplearon la Cámara de Energía Oscura. 

Esta región cósmica es muy complicada para las observaciones, ya que los buscadores de asteroides tienen que enfrentarse a las interferencias del resplandor del Sol. Sin embargo, aprovechando los escasos minutos del crepúsculo, los astrónomos encontraron a 2022 AP7 y a otros dos raros asteroides de clase Atira/Apohele, 2021 LJ4 y 2021 PH27, de diámetros ≳1 km, que tienen órbitas completamente interiores a la órbita de la Tierra.

"Hasta ahora hemos encontrado dos grandes asteroides cercanos a la Tierra que tienen aproximadamente 1 km de diámetro, un tamaño que llamamos asesino de planetas", dijo Scott S. Sheppard, astrónomo del Instituto Carnegie (EE.UU.). 2022 AP7 tiene una órbita que algún día podría colocarlo en el camino de la Tierra, mientras que 2021 LJ4 y 2021 PH27 tienen órbitas que no representan ninguna amenaza. Asimismo, 2021 PH27 es el asteroide conocido más cercano al Sol, sufriendo mayor efecto gravitacional que cualquier otro objeto en nuestro sistema solar. Su superficie se calienta lo suficiente como para derretir el plomo.

La detección de este tipo de objetos no es fácil. "Se requieren grandes áreas de cielo porque los asteroides internos son raros, y se necesitan imágenes profundas porque los asteroides son débiles y estás luchando contra el brillante cielo crepuscular cerca del Sol, así como contra el efecto distorsionador de la atmósfera de la Tierra", explicó Sheppard. "DECam puede cubrir grandes áreas del cielo a profundidades que no se pueden alcanzar con telescopios más pequeños, lo que nos permite profundizar más, cubrir más cielo y sondear el sistema solar interior de una manera nunca antes vista", añadió.

Además de detectar asteroides que podrían representar una amenaza para la Tierra, esta investigación es un paso importante para comprender la distribución de cuerpos pequeños en nuestro Sistema Solar. Los asteroides que están más lejos del Sol que la Tierra son más fáciles de detectar. Por eso, estos asteroides más distantes tienden a dominar los modelos teóricos actuales de la población de asteroides, escribieron los autores en un artículo publicado recientemente en The Astronomical Journal.

Actualmente, los astrónomos monitorean más de 2200 asteroides potencialmente peligrosos, rocas espaciales que orbitan peligrosamente cerca de la Tierra y miden más de 1 kilómetro. Tales asteroides son de gran preocupación, ya que causarían una destrucción generalizada, lo que podría afectar a todo el planeta. Sin embargo, incluso los asteroides mucho más pequeños causarían muchos problemas si cayeran en áreas densamente pobladas. Por ejemplo, un asteroide de solo 50 m causaría daños en toda la ciudad de Londres si explotara sobre el centro de la ciudad.