A pesar de las advertencias de referentes barriales sobre un aumento en el consumo de drogas con un descenso en las edades de iniciación, desde las dos áreas de la Municipalidad dedicadas al tema no registran casos de niñas o niños menores de 12 años con adicciones o consumo problemático.
La directora de Infancias y Familias, Andrea Fortunio, y la titular de la Agencia de Prevención y Abordajes de Consumos Problemáticos, Sofía Medún, respondieron a Rosario3 que el fenómeno en ese rango de edad no aparece al menos en su universo de trabajo.
De los 26 mil niños, niñas y adolescentes acompañados por el municipio y de las 1.950 nuevas consultas que llegaron en el primer semestre de 2025 a la Casa de las Infancias, ninguna corresponde a situaciones de consumo o adicción a una sustancia desde los 9, 10 u 11 años.
Sí existen casos de primera adolescencia (entre 12 y 15) o de familias atravesadas por esa problemática con pequeños, aclaró Fortunio.
Medún explicó que la campaña de prevención realizada el año pasado por la Agencia habilitó una línea telefónica y de Whatsapp (3413 368 116) desde la que recibieron 400 llamadas o mensajes en un semestre.
La psicóloga considera que es una muestra representativa porque se trata de un contacto directo con usuarios o familiares preocupados y tampoco surgieron de esa instancia alertas por casos de chicos menores de 12 años. El 5% del total de los contactos estuvo ligado a adolescentes de entre 14 y 17 años, no menos.
Siempre según el registro oficial que las dos funcionarias detallaron, las denuncias de una crisis de consumo que afecta a chicos cada vez más pequeños no se replican en los datos locales. ¿No existen o no llegan al Estado municipal?
“Segunda infancia, hasta 12 años, no hay ningún caso”
Antes de llegar a los datos concretos, la directora de Infancias señaló que el área forma parte de “una gran red de instituciones locales que trabajamos haciendo abordajes integrales” y “lo importante es reconocer que lo hacemos articuladamente".
“Reducir la problemática del consumo o los abordajes de determinadas situaciones a una agencia o a una dirección no es correcto en el planteo, porque nosotros trabajamos en red”, dijo.
Fortunio insistió en que “los abordajes que hacemos son multidimensionales” y destacó la presencia de los Centros de Salud, polideportivos, clubes, instituciones y de los 43 Centros Cuidar que “son el corazón de la política pública social, sobre todo para las infancias”.
Ese despliegue, “en clave individual, familiar y comunitaria”, empieza en la Dirección de Infancias y Familias por la vulneración de derechos, en especial por casos de maltrato o abandono de los adultos, y en ese contexto aparece el consumo.
Tienen más de 6.500 carpetas familiares activas, con 26 mil niñas, niños y adolescentes acompañados por el Estado. “Decir que a nosotros nos hayan llegado pedidos de intervención por situaciones de consumo problemático es irrespetuoso, no por decir el número, porque una situación de consumo en general trae aparejado o es consecuencia de un entorno familiar mucho más complejo”, argumentó.
Entre agosto de 2024 y el mismo mes de 2025, la Casa de las Infancias que concentra la atención registró 8 mil ingresos. El 43% de las intervenciones corresponden a adolescentes de entre 12 y 18 años, y casi el 50% involucra una situación de consumo.
“Pero no trabajamos en números individuales de chicos en consumo, porque cada situación es particular”, dijo Fortunio y afirmó: “Segunda infancia es hasta 12 años y no hay ningún caso. No tenemos pedido de intervención por situaciones de consumo problemático”.
“Ni aumento desmedido, ni baja en las edades”
Con respecto al diagnóstico de consumos más tempranos con sustancias que son más adictivas, como los residuos de cocaína fumada con otros tóxicos, y generan más daños, Medún afirmó: “Nosotros vemos esta preocupación por las edades de inicio en el consumo pero no podríamos hablar de una generalidad, de que eso ha bajado”.
“Recibimos –siguió– situaciones de menores de edad, pero entre los 14 y los 17 años, y vamos pensando en las estrategias. Nuestra primera estrategia de trabajo tiene que ver con el abordaje desde lo territorial y con poder generar las referencias para trabajar con esa familia”.
La directora de la Agencia señaló que el “abordaje de los menores de edad no es sin su contexto familiar y sin su red comunitaria” y si la situación “se complejiza y vamos agotando la instancia, entonces pensamos en la articulación con otros niveles”. Es decir, con la provincia (Aprecod), hospitales o instituciones para tratamientos o internaciones.
Si ambas direcciones no registran, como sí plantean otros actores, chicos de 9, 10 u 11 años, entonces, ¿consideran que eso no existe o que no llega al Estado local? “No podemos hablar de una generalidad. Eso no quiere decir que exista una situación”, respondió Medún.
“Del universo que nosotros tenemos sistematizado y registrado en pedidos de intervención formal, no hay”, sumó Fortunio.
“Tampoco desconocemos –siguió– que esas situaciones que plantean puedan darse, no lo vamos a negar. Pero en el registro formal de instituciones que trabajan con las infancias, la Justicia, los centros de salud, los efectores, las escuelas, no hay pedidos de intervención por situaciones de consumo problemático de menores entre 8 y 11 años”.
El contraste es llamativo con el escenario que describen, por ejemplo, el padre Fabián Belay, con más de 15 años de trabajo en barrios de la ciudad, quien habla de "crisis humanitaria" con “chicos de 9 o 10 años que ya son adictos” y “que cada vez hay más”. También las Madres Territoriales, que advierten sobre "luciérnagas" y niños que "nacen con síndrome de abstinencia por el consumo de sus madres". O testimonios en primera persona, como Lucas, quien empezó a consumir a los 11 y tocó fondo con la adicción al crack. “Yo también he consumido con chicos que tenían menos de 10 años”, reveló.
“No digo que haya una exageración –respondió Fortunio sobre ese punto–, puede haber una interpretación distinta o una fuente a la que han acudido para obtener la información que tenga una parcialidad o que trabaje con situaciones muy particulares o muy singulares y tiendan a generalizarla. Yo no lo voy a desconocer, pero nosotros no podemos generalizar y decir «esto va en aumento desmedido»”.
Espacio en Tío Rolo
La Agencia de Prevención y Abordajes de Consumos Problemáticos fue creada en marzo de 2023 y desde entonces se inauguraron dispositivos en todos los distritos. En abril de 2025, se habilitó el espacio en Tío Rolo de Avellaneda 6915, el séptimo dedicado de forma exclusiva al consumo y adicciones y referencia del tema en el Sudoeste.
El lugar tiene una cocina y un comedor donde 20 niños y niñas de sala de 3 desayunan, realizan actividades socioeducativas y lúdicas (como un jardín maternal) y almuerzan. “Menú: fideos con salsa. Postre: manzana”, dice por ejemplo el cartel en el ingreso.
Hay varios consultorios individuales y una sala grupal. El mediodía que Rosario3 recorre las instalaciones, unos chicos juegan a las cartas (el Uno) con un coordinador. Ese espacio también es usado por un grupo de adolescentes de 12 a 15 años que dos veces a la semana realizan un taller de streaming: registran sonidos del barrio, como por ejemplo el tren, y el próximo paso será difundir ese material online.
A un costado de la Agencia funciona el Centro de Salud, tienen en el medio una biblioteca compartida, y del otro lado está el Centro Cuidar. Atrás, el playón deportivo y cultural donde hacen algunos de los talleres del programa Nueva Oportunidad. Enfrente, la escuela primaria Chacho Muller.
Todo el dispositivo trabaja como una red y existe una mesa ampliada con referentes de agrupaciones del barrio. Se reúne todas las semanas o cada 15 días para coordinar acciones y hacer seguimiento de la problemática del consumo y otros temas, señalaron desde los equipos municipales.



