Lionel Messi pasó los últimos días en Barcelona, en medio de los rumores que apuntan a un posible regreso del crack argentino al club catalán, y aprovechando su paso por la ciudad condal se reunió con sus ex compañeros Sergio Busquets y Jordi Alba, los tres junto con sus respectivas parejas, para cenar en un exclusivo restaurante.

La Pulga estuvo junto a los futbolistas del Barsa en Enigma, del chef Albert Adrià, en donde disfrutaron de una propuesta gastronómica de alta calidad.

Enigma cuenta con una estrella Michelin y ofrece una cocina inspirada en los productos de temporada, con un menú degustación de 25 platos a un precio de 220 euros por comensal (IVA incluido, sin bebida), convirtiéndolo en uno de los lugares más exclusivos de la capital catalana.

Adrià, hermano de Ferran Adrià y uno de los mejores cocineros del mundo, reabrió Enigma en junio del año pasado con una oferta culinaria renovada. El primer restaurante que el chef abrió en solitario cuenta con 700 metros cuadrados y 45 trabajadores para los 50 comensales de cada uno de los cinco servicios semanales que ofrece, con entre 800 y mil platos.

El restaurante pasó por al menos tres etapas en apenas ocho meses. Durante la pandemia, Enigma permaneció cerrado durante 27 meses. En junio del año pasado, reabrió sus puertas con un nuevo formato: comida al mediodía y tapas y bebidas por la tarde.

La carta de Enigma, el exclusivo restaurante al que fue Lionel Messi.

Formado en elBulli y junto a grandes chefs pasteleros como Escribà o Torreblanca, Adrià es sinónimo de creatividad, investigación y acervo gastronómico. Decidido a cambiar el rumbo de su restaurante, en marzo de este año eliminó la carta y comenzó a ofrecer únicamente el menú degustación.

El menú

Aunque la preparación parezca sencilla, demuestra una técnica precisa y sutil, como en el perfecto mar y montaña de rablê de liebre con anchoa del cantábrico, con carne envuelta en una fina capa de panceta ibérica, a su vez cubierta por una lámina de obulato para que no se desintegre.

El plato forma parte de una trilogía inspirada en la liebre, que completan el dango de tapioca y el kálix con consomé de liebre.

El chef tiene previsto incluir en cada menú dos trilogías, una vegetal y otra de carne o pescado, así como un apartado con snacks para comer con dos dedos y otro de clásicos de Enigma.

Los postres buscan el mismo equilibrio y ligereza en una hoja crujiente de shiso, sorbete de naranja y crujiente de remolacha o una tarta de mandarina, toffee de cardamomo verde y helado de avellana.