Funcionarios de la Fiscalía de Rosario se llevaron este lunes información sobre los servicios policiales y de fuerzas federales que requirieron en la sede del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, donde concurrieron y fueron recibidos por el ministro Jorge Lagna, para determinar si funcionaron y cómo los operativos de prevención y persecución de los autores de los atentados a establecimientos gastronómicos de la víspera del feriado.

Según información de Telenoche (El Tres), el propio Lagna, junto a funcionarios, recibió a la jefa de la Unidad Especial de Balaceras Valeria Haurigot, el fiscal Pablo Socca y equipos técnicos en la central del OJO. Más temprano, secretarios del Ministerio Público habían obtenido información del 911 sobre los servicios policiales y federales antes, durante y después de las balaceras.

"La reunión fue de trabajo. Designamos equipos especiales de investigación tras las hipótesis que elaboran los fiscales", dijo a Rosario3 una fuente del Ministerio de Seguridad. El director provincial de Investigación, Rodolfo Gallardo, fue uno de los presentes y liderará la tarea. Junto a él concurrieron los directores de las áreas Operativas y Complejas de la Agencia de Investigación Criminal.

El subsecretario de Seguridad Preventiva, Diego Llumá, fue otro de los presentes junto a Andrés Rolandelli, quien tiene a cargo la formación policial, aunque ya había participado de reuniones con estacioneros. A continuación le robaron su computadora de una camioneta oficial en la que estaba por viajar a Santa Fe con un chofer.

Si bien la reunión fue en buenos términos y podría dejar un camino conjunto rumbo al esclarecimiento, la Fiscalía dejó claro a los presentes que no descarta evaluar un presunto incumplimiento de funciones. Lagna y Chimenti sí mostraron que la presencia policial se incrementó en el último tiempo con móviles cero kilómetro y otros reparados y con el egreso de cadetes del Isep, además de los 575 gendarmes que llegaron para ocupar algunos barrios.

Para llegar a los autores

 

Los atentados que comenzaron en estaciones de servicios y escuelas el 9 de noviembre tienen vértigo -seguidos en el tiempo- y riesgo, por el potencial número de víctimas al ser en sitios concurridos por trabajadores y clientes. El domingo finalmente hubo tres heridos.

Los fiscales explicaron que una de las cuestiones que buscan determinar es por qué en ninguno de los hechos se produjeron persecuciones u operativos cerrojos que permitan dar con la captura de alguno de los autores materiales. Llegar a los intelectuales y su motivación es un camino más largo. Si bien todos reconocen que es difícil, porque lo que sucedió en El Establo duró 30 segundos desde que la moto estacionó hasta que se fue, es necesario: la saga 2018 tuvo sus primeras pistas concretas con celulares obtenidos tras una persecución por una balacera a la Fiscalía Regional.

Sobre el ataque a la tradicional parrilla de Pellegrini, según fuentes consultadas, llamó la atención que si bien la Policía llegó a través de Motorizada en cinco minutos, los movimientos de GPS y comunicaciones no evidenciaban a simple viste el despliegue de un operativo importante para llegar a los autores.

Los funcionarios del Ministerio de Seguridad provincial respondieron que el corredor de avenida Pellegrini estaba a cargo de Gendarmería Nacional y la Policía Federal, que de hecho tiene asignada la custodia en los Tribunales Provinciales, muy próximo a El Establo. No obstante, nadie pudo documentar cómo se coordinó la labor con las fuerzas federales en el momento cuando tenían, por ejemplo, la característica de una moto tipo enduro roja con un conductor con casco rojo como autor.

A partir de allí, entre los presentes no pasó desapercibido la ausencia de dos funcionarios claves para esas respuestas: el secretario de Seguridad Pública, Germán Montenegro, y el subsecretario de Prevención y Control Urbano, Alberto Mongia. Ambos llegaron a Santa Fe junto a Marcelo Sain y, al menos uno de ellos, no estaba hoy en la provincia.

Montenegro en particular es una especie de "jefe político" de la Policía y Mongia desarrolló los operativos para interceptar delitos predatorios; es decir, ambos tienen un rol central en la tarea de la policía, además de la coordinación con fuerzas federales.

Por ahora no hay formalizada ninguna hipótesis ni acusación, al menos con la entidad para una audiencia imputativa, respecto de los atentados. Y si bien los funcionarios coinciden en que uno o más grupos tienen la intención de infundir terror en la población en general, todos se reservan por ahora la evidencia sobre las líneas más concretas.