Una funcionaria del Banco Provincia (Bapro) comprometió este jueves a la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal en la causa “Gestapo” antisindical, que procuraba armar causas contra gremialistas, al reconocer que el pedido de reserva del salón de esa entidad donde en 2017 se reunieron agentes de inteligencia, ex funcionarios y empresarios que están bajo investigación provino de la Gobernación.

"Suelo ser muy precisa en este tipo de cuestiones, y sobre todo en un caso así, en el que tuve que suspender reuniones a dos gerencias; así que seguramente, si en mi mail indiqué que desde la secretaría de presidencia del banco me habían dicho que el pedido venía de Gobernación, es eso lo que me comunicaron cuando me llamaron por teléfono para pedirme la disponibilidad del salón", dijo ante la Justicia federal al declarar como testigo Miriam Silvia González Villar, a cargo de la Unidad de Soporte Administrativo y Profesional del Banco (USAP), el órgano responsable de ese trámite.

La mujer dijo ante el juez federal Ernesto Kreplak que ingresó al banco en 1988, pero renunció y regresó a la entidad en 2011 y "desde aproximadamente el año 2015 estoy a cargo de la USAP".

Sobre un mail por la reserva del salón de usos múltiples para la reunión donde el exministro de Trabajo Marcelo Villegas dijo que le gustaría tener una "Gestapo" para controlar a los gremios reconoció que "es mío. Lo aporté yo a un sumario interno que está tramitando en el banco desde que se hizo pública la reunión que salió en los medios de comunicación".

La funcionaria confirmó que es "el SUM que está en el 7mo piso, sector E del edificio de la casa central. A ese salón se le da varios usos, para distintos tipos de reuniones. Es usado por la gerencia general del banco, por el resto de las gerencias del banco, por directorio y la presidencia. También podía utilizarlo gente ajena al banco, pero siempre con pedido previo de secretaría de presidencia".

"Hasta fines de 2016 lo manejaba relaciones institucionales. Nosotros, hasta entonces, administrábamos las salas de gerencia general, que están en el primer piso. Pero a partir de octubre o noviembre de 2016, la gente de institucionales nos pide a la USAP si nos podíamos hacer cargo de administrar esa sala. Ante ello, previa autorización de la gerencia general, accedimos, y desde entonces organizamos la agenda de la disponibilidad del SUM. Esto se formalizó en el año 2019, pero desde fines de 2016 manejábamos de hecho la agenda del SUM", explicó González Villar.

De esta manera virtualmente desvinculó a Hernán Stella, ex responsable de Relaciones Institucionales, a quien la subcomisión de la Bicameral de Inteligencia del Congreso citó para febrero para que dé explicaciones.

La mujer detalló que "quien necesita el uso de la sala, manda un mail o llama por teléfono a cualquiera de los integrantes de la USAP para ver si está libre. Nosotros tenemos un calendario, y si vemos que está disponible, anotamos la reserva. Si se necesita agua, café, o algún otro servicio, mandamos un mail a intendencia –al sector de eventos Casa Central– y les avisamos. Ellos abren el SUM, y si hay que poner alguna bebida o algo par a comer, lo proveen".

Sobre si hay algún sistema de prioridades para el uso del salón dijo que "no hay nada establecido formalmente. Pero por usos y costumbres, se sigue la jerarquía del organigrama. Si de alguna gerencia tiene reservado el salón, pero luego lo pide presidencia o directorio, se les da prioridad a estos", según consta en la declaración a la que accedió Télam.

Añadió que "nosotros sólo anotábamos las reservas. Las reuniones pedidas por organismos ajenos al banco, siempre se debían gestionar a través de presidencia. Las que eran para personal del banco, las podían gestionar las gerencias. El ingreso al SUM de las personas ajenas al banco tampoco se registraba específicamente, pero supongo que se debían registrar previamente su acceso al banco".

También confirmó que los funcionarios Emilia Jaime y Guillermo Squillari pedían el salón porque dependían de la presidencia del banco, a cargo entonces de Juan Curuchet. "Sus pedidos venían de presidencia", afirmó.

Asimismo, ratificó que le pidieron reserva para "el 14 y el 15 de junio de 2017 de 9 a 13 horas, pero luego, aparentemente, se extendió  el pedido, a través de otra de las empleadas de la USAP, para el día 16, y para que el jueves y el viernes la reserva abarcara el horario de 9 a 18 horas".

Explicó que "si se cancelan las reservas, me lo comunican para liberar el espacio. En el caso de la reserva a la que se hace referencia en los mails, no recuerdo que me hayan informado la suspensión, pero no puedo dar certeza. Respecto de quien ingresa a cada reunión, no suelo enterarme. Yo me limito a reservar el espacio físico y nada más". Acerca de los participantes de esa reunión dijo que "lo supe recientemente a través de los medios, y todo lo que sé al respecto es lo que difunden los medios de comunicación".

Sobre la llave de acceso al SUM dijo que "eso lo maneja el sector de intendencia, y lo abre cuando nosotros avisamos que hay una reunión. Creo que seguridad tiene llaves de acceso a todos lados, así que supongo que también tendrá del SUM".

En cuanto a si la sala tenía entonces cámaras y/o micrófonos, sostuvo: "No recuerdo. A raíz de lo que salió en los medios, traté de recordar, y creo que no tenía. En general, las cámaras están en los pasillos del banco y en algunos sectores específicos por indicación del Banco Central, como cajas y cajeros automáticos. En las salas de reuniones del primer piso no hay cámaras, y no creo que haya en el SUM tampoco".

Cuando se le preguntó si la referencia que contiene su correo a la "Gobernación", puede interpretarse como una indicación específica respecto del origen de la orden, González Villar contestó: "Suelo ser muy precisa en este tipo de cuestiones, y sobre todo en un caso así, en el que tuve que suspender reuniones a dos gerencias, así que seguramente, si en mi mail indiqué que desde la secretaria de presidencia del banco, me habían dicho que el pedido venía de Gobernación, es eso lo que me comunicaron cuando me llamaron por teléfono para pedirme la disponibilidad del salón".