Si la consolidación de las redes sociales favorecen el ostracismo y la soledad, en otros casos, promueven el encuentro. Así, Whatsapp, por ejemplo, permite revitalizar y mantener vínculos de antaño brindando un espacio común que en tanto virtual puede convertirse en realidad. Lili fue sumando contactos de sus compañeras de clases, aquellas niñas que en la década del 50’ habían coincidido en la primaria de la Escuela Normal Nº 1 "Dr. Nicolás Avellaneda" ubicada en Entre Ríos al 1100.
Con 79 años y a punto de llegar a los 80, es parte de una quincena de contactos bajo el nombre “las chicas del Normal”, un grupo que se comunica cotidianamente y una vez al mes se encuentra cara a cara para remover el pasado, reírse de quienes fueron y acompañarse en esta etapa de la vida. “A veces somos cinco, otras nueve, otras estamos todas, pero siempre alguna reunión hacemos. Hasta el año pasado, nos reuníamos en un restó de Pellegrini, el Beto, porque la mayoría de las chicas son del centro, pero últimamente, lo hacemos en algún departamento o casa porque algunas usan audífono. Además, somos muy gritonas todas”, se rió.
Las fotos dan cuenta del color vibrante de los encuentros. “Las chicas del Normal”, como dicen los pibes ahora, lo dan todo en cada reunión. “La que pone la casa compra comida hecha y después repartimos los gastos, pero hay una, Graciela, una abogada retirada, que le encanta cocinar, así que no hay forma de hacerle entender que compre en Mamina o a otro lugar. No, ella se manda una paella o un risotto para todas”, cuenta divertida.
A lo largo de las décadas, desde que en 1963 se recibieron de docentes –Lili dirá que algunas ejercieron como maestras–han perpetuado el cariño y la complicidad que tejieron siendo chiquitas, cuando el enorme edificio céntrico las albergaba con sus guardapolvos blancos y sus moños en las cabezas. “Antes nos llamábamos por teléfono fijo y ahora nos mantenemos en contacto por Whatsapp”, señala Lili, quien aclara que los temas de conversación suelen traerlos del pasado: “Cuando nos vemos nos matamos de risa con anécdotas, siempre alguna se acuerda de algo distinto, de una profesora, de alguna situación”.
Hay un momento clave en la memoria de todas. "Fuimos, en 1963, las pioneras en realizar una marcha del silencio en el Normal 1, en repudio silencioso de la injustificada prohibición a los 5º años turno mañana de realizar manifestaciones bulliciosas festejando el fin del secundario", recueda. "Desfilamos por los pasillos del Normal y por la plaza Sarmiento portando una flor, una vela y crespón negro . La noticia llegó a diarios de Rosario y de Buenos Aires, por ser una muestra , inusitada para la época, de rebeldía juvenil . Desde ese año se repite esa marcha en el Normal 1 por calles céntricas de Rosario pero con los años fue cambiando de significado y le llaman El entierro de los Libros. En 2023 , a 60 años de ese acontecimiento, lo volvimos a recrear en los pasillos del Normal como atestigua el vídeo", remarca.
Sin embargo, también hay una conexión actual, que se nutre del presente. “No es que hablamos de la familia, incluso hay chicas a las que no le conozco el marido ni los hijos, pero a veces sí”, reconoce y pícara, comparte una anécdota entre carcajadas: “Una de las chicas se casó con un muchacho que estaba casado, entonces yo le puse muy cruelmente el nombre de China Suárez y cuando nos juntamos, nos tuneamos y esa vez, llevamos caretas de actrices y ella le dimos la que le correspondía”.
Y de esta manera, entrelazando el ayer y el hoy, renovaron una amistad que se enriquece con el paso del tiempo, aunque a veces, sientan que el tiempo no pasa. “Siempre vamos a ser las chicas, aunque cumplamos 80 años”, asegura.



