En las últimas horas se viralizó el video de un colectivo español Santuario Animal Almas Veganas en el que aseguran que, en el predio que sostienen, decidieron separar a las gallinas de los gallos para "evitar que las violen".

En el clip aparecen Fani, una ex carnicera convertida en activista, junto a otra integrante del colectivo dándoles huevos rotos a las gallinas para que se los coman. "Los huevos son de las gallinas, nosotres les devolvemos sus huevos porque son suyos", se la escucha decir.

A través del registro, Almas Veganas denuncia que las gallinas de la industria alimentaria "están genéticamente modificadas para poner muchos más huevos de los que tocan". 

Argumentan su decisión en que "la gallina no quiere ser montada por el hecho de que quiere huir, intente escapar y, además, sea herida a veces de gravedad por los espolones de los gallos".

Asimismo, aseguran que impusieron la separación "para evitar que se reprodujeran" y porque "era mucho más violento separar a las gallinas de los huevos ya fecundados (...) Lo vimos muy traumático para ellas"

"Las gallinas están seleccionadas para que pongan más de 300 huevos al año cuando deberían poner naturalmente unos 20. Eso les crea descalcificación, colapso de la cloaca, desgaste e incluso pueden llegar a morir", apuntó Fani en una entrevista que reproduce el portal español La Sexta. En la misma también aseguró que "detrás de esa industria hay mucha tortura y asesinato".

Para la activista "utilizar animales es una actitud fascista porque discriminamos por especie. Los animales tienen los mismos derechos que nosotres. No necesitamos consumir animales para nada".

"Quien come pollo financia la esclavitud animal, es una actitud opresora. Con tu dinero financias la industria que asesina a millones de animales", sentenció Fani.

Almas Veganas se autodefine como un colectivo "antiespecista" y "transfeminista" que lucha por la liberación animal y de la tierra.