Sheng Gou y su equipo de la Academia de Ciencias de China consiguieron descomponer la luz reflejada en la sustancia y determinar su composición química, además de la del regolito circundante, que consiste principalmente en polvo lunar y gravilla. El análisis demostró que se trata de un fragmento de roca que se derritió, probablemente debido al calor del impacto de meteorito, para acabar formando una masa brillante y vítrea.

El objeto, descubierto por el el róver chino Yutu-2, es entonces una masa de roca brillante y vítrea que pudo haberse formado a raíz del calor del impacto de un meteorito.

La "misteriosa sustancia" fue hallada en julio de 2019 en un pequeño cráter llamado Von Kármán. En ese entonces, el equipo a cargo de la misión afirmó que la extraordinaria "forma y color del material, similar a un gel, es significativamente diferente del suelo lunar circundante", según se explica en un reciente estudio publicado en la revista Earth and Planetary Science Letters.

"Se formó por la fusión generada por el impacto, cementación y aglutinación de regolitos", señalan los autores en el documento. Los investigadores también pudieron determinar que la brecha (un tipo de roca compuesta por fragmentos de minerales cementados juntos) es de color verde oscuro y mide aproximadamente 52 por 16 centímetros.

Debido a la poca luz, la composición química de la sustancia fue un más difícil de descifrar, aunque se estima que no sería muy diferente a la del suelo circundante. Los científicos determinaron la presencia de plagioclasa en una concentración de aproximadamente el 38 %, según publicó Science Alert.

Probablemente, cuando el meteorito golpeó la superficie, derritió parte del regolito, que se mezcló con el regolito sin fundir para formar la brecha, explican los científicos. Sin embargo, agregan que el impacto no necesariamente tuvo lugar en el cráter en el que se encontró el material. Es posible que se formara en un cráter diferente y saliera despedido, aterrizando finalmente donde Yutu-2 lo encontró.

La brecha es muy similar a dos muestras recuperadas por las misiones Apolo 15 y 17, Lunar Sample 15466 y Lunar Sample 70019, respectivamente. Ambas muestras, recuperadas de cráteres también se clasifican como brechas. En ambos casos, están compuestas por trozos de regolitos lunares y una especie de vidrio negro.

De todas maneras, los científicos son conscientes de que su investigación tiene ciertas limitaciones, sobre todo por el hecho de que no disponen de una muestra real para analizar. Además, Yutu-2 cambió de ubicación y es poco probable que se obtenga un segundo conjunto de imágenes del objeto.