Hace algunos días se hizo en Roldán un pequeño acto para inaugurar un gran proyecto: el Bosquecito de Nativas, una interesante propuesta que un grupo de vecinos del barrio Las Acequias junto con el Club de Huella Ecológica y el municipio de Roldán vienen impulsando desde el año 2019 en un espacio verde de unas 13 hectáreas que comprende tanto ese barrio como Las Tardes, ambos ubicados en la zona noreste de la localidad.

“Los vecinos han ido generando este espacio desde hace tiempo, plantando especies nativas que son importantes para que los pájaros, las mariposas y los polinizadores puedan habitarlo y generar aún más riqueza”, contó la presidenta del Club de Huella Marisa Routaboul.

Hasta el momento llevan plantados más de 300 ejemplares (fueron muchos más pero algunos quedaron en el camino por diferentes circunstancias) en un lugar que está designado como reservorio ya que ambos barrios derivan ahí el agua de los desagües de las calles, de modo que no existe la posibilidad de que a futuro se levanten construcciones en el lugar o sea loteado con otro fin.

El trabajo lo vienen realizando de forma totalmente voluntaria un grupo de diez personas que suele incrementarse ante cada convocatoria a las diferentes forestaciones que realizan. Además, se trabaja de manera coordinada con el municipio: “Siempre se consulta a la Municipalidad sobre todo en las plantaciones, por ejemplo, en la última que se hizo en noviembre se diseñó la plantación junto con la ingeniera agrónoma y la secretaria de Medioambiente”, contó a Rosario3 Gonzalo Lorenzo, uno de los integrantes de la vecinal del barrio Las Acequias que está desde el comienzo con el proyecto.

En esa forestación hecha en noviembre fueron 105 árboles en una sola jornada los que se lograron plantar: “Son especies nativas porque entendemos que el tema de plantar cualquier especie como pueden ser Fresnos, Álamos o Liquid Ámbar que hoy se ven por todos lados, hace que haya aves e insectos de esta eco región que no tienen donde anidar, donde comer. El bosque nativo es porque justamente hay toda una fauna que está habituada a relacionarse con determinadas especies. Mariposas y montones de insectos que van en busca de eso en particular”, explicó Gonzalo. 

“Teniendo en cuenta lo que pasa con los humedales o bosques nativos que fueron desmontados, buscamos generar un refugio de biodiversidad como así también bancos de semillas vivos de árboles nativos, entonces dentro de poco vamos a poder empezar a recolectar semillas de estas mismas especies que nosotros generamos. Eso se hace en muchos lugares del mundo como reservorio de semillas. Más allá de dar refugio a muchas especies, también se logra por ejemplo que los mismos pájaros empiecen a diseminar esas semillas de árboles nativos, que si fuesen exóticos diseminarían eso. Equilibrar la balanza con los nativos y que también nosotros empecemos a reconocerlos”, agregó el vecinalista.

El trabajo de los voluntarios no sólo consiste en la plantación sino también en la señalización y el cuidado, algo que en la gruesa sequía que se vivió se tornó bastante complicado, “íbamos una vez por semana a regar los 300 árboles”, describió Gonzalo.

Además de las jornadas de forestaciones, también organizan jornadas de siembras denominadas “sembrando un bosque juntos”, que son el alma máter de todo el proyecto. “Se preparan semillas, el sustrato, y cada persona se lleva una bandeja con 36 tubetes con semillas para amadrinar o apadrinar durante un año y después plantarlos. Eso genera otro tipo de compromiso con las personas. De esa manera se sembraron casi 200”, contó con entusiasmo y sumó: “La idea es volver a hacerlo. De lo contrario hay que comprarlos y es una inversión muy grande, mientras que las semillas son gratis”.

Espinillos, Timbó, Pesuñas de vaca, Chañar, Lagaña de Perro, Talas, Talillas, Tala de burro, Quebracho colorado, Pindó (palmeras nativas), Ceibos, Jacarandá, Palo jabón, Ombú, Palo borracho, Cina cina, Algarrobos, Palo vivora, son algunas de las especies que hasta el momento llevan plantadas, “muchas de ellas nosotros mismos descubrimos por primera vez que se podían plantar, porque no se ven muy seguido y fueron muy comunes en la zona”, aseguró Gonzalo.Recién para noviembre próximo tienen en carpeta la próxima forestación ya que lo que viene ahora es un trabajo de resguardo de las posibles heladas que pueden venir en invierno. Pero además, está latente la intención de hacer senderos entre los árboles para luego organizar caminatas y avistaje de pájaros, insectos, o incluso hacer pequeños espacios con experiencias como los que existen en las afueras del Acuario de Rosario.