Guillermo Andino confesó que había arreglado con el médico obstetra el día en que nacería su primera hija a espaldas de su esposa y se armó una fuerte y nutrida polémica en las redes sociales que sobrevivió a la posterior aclaración del periodista, quien finalmente aseguró que estaba hablando en broma. Aunque las principales críticas apuntan al comportamiento machista de Andino, también surgieron cuestionamientos al médico, que se habría prestado a semejantes pretensiones. Incluso, se habló de violencia obstétrica. 

¿Cuáles son los límites? En el programa A Diario (Radio 2) se lo consultó en este sentido al obstetra Julio Malamud, jefe del área del Sanatorio de la Mujer. “Hay que consensuar todo con la paciente”, advirtió el profesional, que señaló que las embarazadas utilizan las consultas para preguntar al médico sobre su forma de atención. “Te preguntan si hacés episiotomía y eso está demostrado que no es necesario; sólo se hace cuando se debe hacer. También está demostrado que no es necesario un enema ni un rasurado, tampoco el uso de oxitocina inútil, todo está demostrado”, observó.

Luego, agregó al respecto: “Hay una ley de derechos de la paciente que determina que puede elegir entre un parto o una cesárea. En el sanatorio intentamos que que sea parto natural vaginal porque tiene muchas ventajas. En cambio, la cesárea es una cirugía mayor”.

Sobre el caso Andino, manifestó: “Una cosa es una decisión graciosa de determinar un parto y otra es una cuestión médica. Muchas veces se interrumpe un embarazo porque hay una patología que lo justifica y obliga a manejar la fecha de parto. Siempre, si las condiciones son adecuadas, tiene que ser en las 40 semanas. En general el bebé tiene que nacer después de las 37 semanas hasta las 41 semanas”, explicó.

En relación a las horas de parto que sufrió Carolina Prat, aclaró: “El trabajo de parto de una primeriza es entre 6 a 12 horas”.

Malamud trazó un escenario actual en la materia al sostener: “Todos los años crece el número de cesáreas tanto en el ámbito público como en el privado. En el sanatorio tenemos unos 3 mil partos anuales y en Rosario, en 2017, se contaron 8 mil en el ámbito privado de un total de 15 mil”. 

Según destacó “cambiaron mucho las características, tenemos mujeres con edades que antes no teníamos”. “Hoy tenemos pacientes de 50 años internadas esperando un hijo, muchas pasan los 40 y se han inseminado; también producto de estas prácticas tenemos epidemia de mellizos y otra epidemia es la posibilidad de conocer con las ecografías patologías que antes pasaban desapercibidas”, culminó.