El estadounidense Mark Bryan, de 61 años, casado y padre de tres hijos, comenzó a usar ropa de mujer hace cuatro años y desde entonces no dejó de hacerlo. Está decidido a desafiar los estereotipos de género cuando se trata de moda.

El hombre vive en Alemania, usa con orgullo polleras ajustadas y tacones altos para trabajar, cuando hace las compras e, incluso, en su propia casa.

El gerente de ingeniería robótica comenzó a usar tacones cuando estaba en la universidad, cuando su entonces novia se lo pidió antes de bailar con ella. Ese episodio le despertó un deseo que ocultó hasta ya ser un hombre adulto.

En la biografía de sus redes sociales, Mark se describe a sí mismo como un "hombre heterosexual, felizmente casado, que ama los Porsche, las mujeres hermosas y la incorporación de tacones y polleras en mi vestuario diario".

Varias personas cuestionaron la sexualidad de Mark desde que comenzó a usar faldas abiertamente, algo que le molesta. "La mayoría de las veces, les digo que no es asunto de ellos. Otras veces, solo digo que soy heterosexual", comenzó explicando.

Su familia lo apoya

 

Mark se casó tres veces pero con su esposa actual durante 11 años, y dice que su pareja e hijos lo apoyan en sus decisiones. "Les acabo de decir que a su papá le gustaba usar faldas y tacones y que no se preocuparan de que yo sea gay o que tenga cualquier otra inclinación sexual", les afirmó.

Admitió que la primera vez que fue a trabajar con falda se sintió nervioso, antes de darse cuenta de que "a la gran mayoría de las personas no les importa realmente lo que se ponga".