El aumento del consumo de sustancias ilegales en Rosario tiene un correlato en los pasillos y habitaciones del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Es que las y los pacientes que son atendidos, en su mayoría por heridas de arma de fuego y armas blancas, siniestros viales y ataques por violencia de género están íntimamente relacionados al descontrol de las emociones y las dificultades en la percepción que experimentan usuarios y usuarios así como la violencia que atraviesa al narcotráfico genera más y más víctimas, muchas de ellas fatales.

La vice directora del Heca, Andrea Becherucci, advirtió al ser consultada por Rosario3, que el consumo de drogas ilegales “viene incrementándose pero no desde ahora por la pandemia sino que es una problemática que notamos en los últimos diez años”, así como también el consumo del alcohol que también produce efectos. De acuerdo a lo que precisó la profesional, este crecimiento se revela tanto en los casos de pacientes que llegan a las guardias con balazos o bien, apuñalados, como también, víctimas de choques vehiculares y de violencia de género. “Más de la mitad de estos pacientes están bajo efectos de sustancias”, precisó.

“Los efectos del consumo derivan en conductas peligrosas, en la realización de maniobras que terminan en siniestros, también se ve en casos de violencia de género o violencia urbana agravados porque hay sustancias de por medio”, explicó la profesional. “Muchas veces, es el mismo consumo que los lleva a tener acciones violentas o son receptoras de las mismas, son pacientes que llegan tras haber tomado cocaína, alcohol y sedantes que es lo que más consumen, que bajo estos efectos pierden el control lo que los lleva a cometer delitos, manejar en forma inescrupulosa o someterse a situaciones de riesgo”, agregó.

Los consumidores atendidos en el marco de situaciones se suma urgencia requieren un tratamiento particular. Becherucci advirtió que son pacientes que responden a los procedimientos médicos de una manera diferente y que además, deben afrontar las consecuencias de la abstinencia de la sustancia ilegal que suelen ingerir. “El síndrome se trata con fármacos y contamos con un equipo de salud mental para tratar las complicaciones más agudas”, observó la directiva.

Sin embargo, para la médica “el gran problema es el tratamiento crónico”. En ese sentido, manifestó: “Debemos abordar las secuelas que el narcotráfico y el consumo están dejando en la población, esto está en aumento y en chicos cada vez más chicos, hay una población pediátrica que lo sufre”. Luego, añadió: “Acá también atendemos pacientes con cuadros neurológicos producto del consumo, el porcentaje es alto. El uso y el consumo de drogas a edades tempranas trae daños neurológicos irreversibles, hay un verdadero daño cerebral y los vemos tanto en chicos como en adultos con verdaderas atrofias cerebrales, hombres y mujeres jóvenes que están como si tuvieran 80 años y eso es irreparable”, alertó.