El pastor rosarino David Sensini, integrante de la mesa directiva de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), relató el encuentro con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada, durante el acto por el Día de las Iglesias Evangélicas celebrado el pasado 31 de octubre.
“Fue un placer, un acto único. Pudimos orar por distintas áreas de nuestra Nación. Ingresó el presidente y oramos por él, por justicia, por salud y para que nuestro país pueda ponerse de pie”, contó Sensini en diálogo con el programa De boca en boca, de Radio 2.
El pastor aseguró que la reunión fue de carácter privado, sin teléfonos móviles, y destacó el clima espiritual que se vivió en el Salón Blanco: “Lo notamos (a Milei) muy distinto a lo que se ve en televisión. Lo noté muy humano, eso fue muy lindo. Dio un discurso de más de una hora y luego oramos juntos. Estaban también Karina Milei, Diego Santilli y Manuel Adorni. Pudimos orar por los cuatro”.
Sensini subrayó que el encuentro “no fue un acto político”, sino una convocatoria de carácter espiritual. “El presidente nos pidió oración y habló mucho de su relación con el judaísmo. Nosotros creemos que es momento de dialogar sobre cómo vamos a construir nuestro país y ponerlo de pie. La oración es parte de ese diálogo”, expresó.
El referente evangélico valoró además el trato recibido: “Nos sentimos en casa, porque la Casa Rosada es la casa de todos. Nosotros estamos como iglesia para llevar paz y ser puente de diálogo, para que algo pueda cambiar en nuestra Nación”.
El pastor mencionó también su vínculo con la administración provincial: “Hace dos años que venimos teniendo una relación muy buena con el gobierno de Santa Fe. Estamos acostumbrados a orar con el gobernador y la vicegobernadora. Cuando nos llamaron de Casa Rosada no fue una sorpresa, porque se está mirando lo que pasa en Santa Fe, y eso es interesante”.
Sobre el papel de las comunidades evangélicas, Sensini destacó la labor social en contextos vulnerables: “Los políticos se sorprenden cuando les contamos lo que hacemos en las cárceles o con personas con adicciones. Hay necesidad en todas las familias, y nos miran como Iglesia porque estamos siendo parte de la solución”.



