Matías, de 24 años, es una de las cinco personas que se encontraba en el ascensor del edificio de San Nicolás 1243 que se precipitó este domingo a la madrugada.

“Me duelen la espalda y la cabeza. Pero ya estoy en casa”, dijo el joven en diálogo con Rosario3, pasado el mediodía. La frase es el desenlace de una impensada experiencia que comenzó cerca de las 4.30 o 5 de madrugada en el piso 8 del inmueble de barrio Echesortu.

Matías tiene 24 años. Ingresó al habitáculo con dos amigos –de 24 y 33–y dos chicas "de unos 25 años" y presionaron el botón de planta baja. El elevador comenzó su descenso “con normalidad hasta que escuchamos un ruido y cambió la velocidad. Pensamos que estábamos subiendo en vez de bajar”.

En un plazo de tiempo impreciso “sentimos el golpazo. No sé, fueron dos segundos y rebotamos. Se nos cayó el techo encima. Fue desesperante porque nos clavamos en un lugar y sentimos que en cualquier momento nos íbamos a caer. Estábamos asustados, golpeados y un amigo no paraba de gritar de dolor, con una pierna quebrada. Creímos que nos íbamos a morir”.

Pasada la primera confusión, Matías detalló que llamaron “al número del cartelito de mantenimiento” y que con esa asistencia pudieron abrir la puerta principal “pero la seguridad estaba trabada”.

También alertaron a la Policía y a los Bomberos. Finalmente, estos últimos pudieron vencer la última resistencia: “Tuvieron que cortar la puerta”. No puede mesurar cuánto tiempo pasó, pero el joven calcula que el rescate se extendió por "unas tres horas o más".

ascensor edificio

Luego, cuatro de las cinco personas fueron trasladadas a sanatorios privados y la restante al Heca.

“No hablé casi con nadie –añadió Matías– Pero salvo la pierna de un amigo, que no estaba bien, nada parecía muy grave”.

“Fue todo como pasa en las películas”, cerró. “Lo único que quiero es descansar”.