Accidentes más habituales en piletas

Para poder vigilar y actuar ante cualquier situación que pueda surgir, es importante considerar los diferentes riesgos que existen en estos espacios, repasamos algunos de los accidentes e imprevistos más habituales que tienen lugar en las piscinas: 

Asfixia por inmersión: la reanimación dependerá del tiempo que la persona ha estado inmersa en el agua.

Traumatismos: Caídas por correr por el borde de la piscina y realizar actividades de riesgo dentro y fuera del agua.

Cortes de digestión: Se producen cuando comemos bastante e inmediatamente nos metemos en el agua. Consisten en calambres y punzadas en el estómago principalmente junto con mareos. También pueden ocurrir cuando llevamos mucho tiempo al sol y entramos de golpe en el agua.

Problemas dermatológicos: quemaduras por el sol e irritaciones en la piel por el cloro. 

Calambres en las piernas, pies o muslos: Tienen lugar cuando los músculos se agarrotan, son muy desagradables y pueden ser peligrosos si se producen dentro del agua.

Nariz, boca u ojos irritados por causa del cloro.

Golpes de calor: La sobreexposición sin protección solar es un riesgo que puede ocurrir al pasar un gran número de horas bajo el sol. Aunque se haya utilizado crema, es posible que esta desaparezca al entrar y salir del agua.

El Dr. Alberto Davidovich, Director Médico de Emerger, señala

“Hacemos especial hincapié en prevenir estos accidentes en piscinas antes de tener que reparar sus consecuencias. Esto se hace especialmente crucial en el caso de los traumatismos, ya que en algunas ocasiones pueden desembocar en una lesión medular que lleve a la persona a sufrir de una incapacidad permanente y absoluta.” 

Cuidado de niños y lactantes 

En los lactantes, que no son autónomos y dependen de un adulto, los escenarios más habituales de accidentes o ahogamientos son los lugares para bañarlo, ya que se pueden ahogar en muy poca cantidad de agua, por ejemplo, en un balde. Los mayores de un año pueden desplazarse por sí mismos, pero son demasiado pequeños para reconocer el peligro o para salir del agua, especialmente si no existen barreras ni la vigilancia adecuada. En general, en los menores de 4 años el episodio ocurre en piscinas domiciliarias y en los adolescentes en ríos, lagos o lugares públicos. El aumento del riesgo de ahogamiento fatal en adolescentes puede ser atribuido a múltiples factores, incluyendo la sobreestimación de habilidades, la subestimación de las situaciones peligrosas, involucrarse en conductas impulsivas y de alto riesgo, y el uso de sustancias. En un gran porcentaje de casos está relacionado con el consumo de drogas y alcohol, a lo que se suma la tendencia a realizar deportes y juegos náuticos de riesgo. 

La prevención es vital ya que en el momento en que el niño comienza a ahogarse el desenlace es a menudo fatal y la supervivencia depende de la rapidez en sacarlo del agua y de la realización de una reanimación adecuada.

Desde Emerger, la Empresa de Servicios de Salud, nos brindan algunas medidas de prevención para evitar estos accidentes: 

Evitar el baño tras comer copiosamente, es decir, dejar un tiempo (2 horas aproximadamente) para hacer la digestión antes de tomarnos un baño.

No tirarse de cabeza en zonas en las que no hay suficiente profundidad.

Evitar baños en agua demasiado fría, sobre todo si hemos estado largo tiempo expuestos al sol.

No sobrevalorar nuestras actitudes como nadadores, sobre todo si no dominas la técnica de nado.

No entrar bruscamente en el agua: mojar primero zonas como muñecas, brazos y nuca.

No perder nunca de vista a los niños, aunque sepan nadar y estén equipados con flotadores.

Si se observa a una persona con problemas, acudir al socorrista o a otras personas especializadas y no actuar de manera impulsiva y en solitario.

Utilizar cremas solares para evitar las quemaduras y gorros para proteger la cabeza

Localizar siempre donde están los guardavidas.

Evitar juegos violentos tanto dentro del agua como en las cercanías.

No hacer prácticas que puedan poner en peligro o molestar a otros nadadores, como tirarte al agua sin calcular bien las distancias.

Seguir siempre las normas de cada piscina.

Ducharse antes y después de cada baño.

No introducir dentro del recinto objetos de vidrio.

No lanzarte desde trampolines altos si no dominas la técnica o tirarte con flotadores u otros elementos de baño.

No te bañes si tienes algún tipo de enfermedad infecciosa que se pueda contagiar por el agua.

Colocar siempre un cerco perimetral para evitar la caída, golpes y ahogamiento de niños y lactantes. 

Es importante que los adultos estén formados en técnicas de reanimación.

Como hace más de 28 años, GRUPO EMERGER sigue brindando servicios de salud pre hospitalarios de excelencia y sumando valor agregado a toda la comunidad en general en materia de prevención y cuidados.

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