En su mensaje por la Pascua de este domingo, el papa Francisco alertó sobre los "vientos de la guerra" en Europa y pidió por la liberación de rehenes en Gaza.

"No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo", sostuvo el Sumo Pontífice al evocar los conflictos en Ucrania y en Gaza.

Desde el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la tradicional bendición urbi et orbi del Domingo de Resurrección, el Francisco repasó los conflictos en el mundo y afirmó que Dios "abre las puertas de la vida, esas puertas que cerramos continuamente con las guerras que proliferan en el mundo".

Francisco habló ante más de 60.000 personas congregadas en la plaza y dirigió su pensamiento "a las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, comenzando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania".

"La guerra es siempre un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme", alertó.

Y agregó, que "la paz no se construye nunca con las armas, sino tendiendo la mano y abriendo el corazón", al tiempo que instó a "un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania".

En la misma línea, el Papa solicitó que "se garantice la posibilidad del acceso de ayudas humanitarias a Gaza, exhortando nuevamente a la rápida liberación de los rehenes secuestrados el pasado 7 de octubre y a un inmediato alto el fuego en la Franja".

También pidió no olvidar Siria, que lleva catorce años sufriendo la guerra, o el Líbano, afectado desde hace tiempo por un bloqueo institucional y por una profunda crisis económica y social, agravados ahora por las hostilidades en la frontera con Israel e instó a continuar las conversaciones entre Armenia y Azerbaiyán.