El juicio por la causa Cuadernos atravesó este viernes una insólita situación protagonizada por el exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner, Juan Manuel Abal Medina. En pleno desarrollo de las exposiciones de la fiscalía y de la Unidad de Información Financiera (UIF) apareció con el torso desnudo. Todo quedó registrado en la videoconferencia.
Mientras los organismos acusadores presentaban argumentos severos contra la cúpula del gobierno anterior, Abal Medina, quien también está imputado, quedó registrado por la cámara mientras se movía de un lado a otro en su oficina, sin camisa y frente a una biblioteca.
Minutos después de la viralización del momento, aclaró en un tuit: “Estimados, como pueden ver en el video esto no es en la audiencia sino en el momento de la acreditación mientras esperaba mi turno, una hora antes del comienzo y sin que se trasmitiera ni grabara. Intentemos cuidar la seriedad del proceso sin filtrar imagenes privadas. Saludos”.
“Haremos la presentacion pertinente ante el Juzgado para que se identifique a los responsables de esta filtracion irregular”, agregó en otro posteo.
A su vez, ante el comentario de una usuaria que le dijo que “apague la cámara”, respondió: “No lo hice porque estaba esperando mi turno y confié en lo que el Juzgado había dicho”.
Su vínculo con el expediente
El exfuncionario quedó implicado en la causa luego de que se encontraran dos pendrives pertenecientes a su secretario personal, dispositivos que contenían información “detallada” relacionada con el financiamiento de la campaña electoral de 2013.
Más allá del episodio que se volvió viral, el eje de la audiencia estuvo en el avance de la acusación. La UIF sostuvo que la supuesta asociación ilícita investigada habría sido “comandada por Néstor Kirchner y Cristina Kirchner”, a quienes señaló como las máximas autoridades del Poder Ejecutivo durante los años en los que funcionó ese esquema.
De acuerdo con la exposición de la UIF, la estructura habría operado de forma estable, organizada y con jerarquías entre 2003 y 2015, con el objetivo de recaudar dinero de manera ilegal para enriquecimiento personal.
El secretario del Tribunal Oral Federal N°7, Ernesto Javier Ruiz, explicó que los empresarios involucrados que realizaban los pagos ilegales obtenían beneficios por parte del Estado, lo que permitía la continuidad del circuito ilícito.
La fiscalía, por su parte, describió este funcionamiento como un entramado de recaudación estructurado y jerárquico.
Entre los imputados centrales del caso se encuentran la expresidenta Cristina Kirchner, además de Julio de Vido, Roberto Baratta y Oscar Centeno, este último conocido por haber sido quien registró los presuntos recorridos y entregas de dinero.



