Un curioso episodio ocurrió en una peluquería de Malasia, donde de forma imprevista, un jabalí de gran tamaño ingresó desde la calle y quedó atrapado en el comercio.

 

Dos clientes que se encontraban esperando su turno, optaron por salir a la calle e intentaron, sin éxito, abrir la puerta para facilitar el egreso del suido, quien, desorientado, corría por el interior de la peluquería buscando una salida.

Finalmente, el animal tomó velocidad, arremetió contra el cristal de la puerta, que se rompió al instante, y ganó la calle.