María José Cristerna tiene 46 años y vive en Guadalajara (México). Se sometió a 49 modificaciones corporales y múltiples tatuajes entre colmillos y una variedad de implantes transdérmicos en la frente, el pecho y los brazos. Además tiene múltiples perforaciones en las cejas, la nariz, la lengua, los lóbulos de las orejas, el ombligo y los pezones, y una lengua dividida y cuernos de titanio en la cabeza. Ahora es conocida como "La mujer vampiro", o como ella prefiere, "La mujer jaguar".
Implantada sin el uso de anestesia, María ve sus modificaciones corporales como símbolos de coraje y fuerza después de sufrir violencia doméstica durante su primer matrimonio. "Los cuernos que tengo son un símbolo de fuerza. Me hice los colmillos porque amaba a los vampiros cuando era niña y cambié el color de mis ojos para que fueran como realmente quería que fueran", explicó al diario Daily Star.
10) «Vampire Woman» María José Cristerna.
— Rox De Abreu (@roxdeabreu) June 8, 2021
Posee el Récords Guinnes como la mujer con más modificaciones corporales en Latinoamérica. pic.twitter.com/9EMC01HFzq
Si bien algunos pueden sentirse intimidados por su apariencia llamativa, la madre de cuatro hijos da charlas sobre violencia de género a mujeres que han sufrido la misma terrible experiencia que ella.
Como trabaja como DJ, también viaja mucho. Antes se desempeñaba como abogada, pero la música y su estudio de tatuajes y local de ropa, se alinea mejor con sus intereses.
María creció en un hogar profundamente religioso en México, dijo que siempre se sintió diferente. La entusiasta de los tatuajes se hizo su primera tinta cuando tenía 14 años y ahora cubre aproximadamente el 96% de su cuerpo. "Estoy expresando belleza a través de mi arte para que el mundo la vea. Dios vive dentro de mí y creo que es lo que hago a diario por los demás y mis acciones lo que me hace ser quien soy, no cómo me veo o mi apariencia".
Si bien ganó fama y notoriedad, debido a su apariencia la aceptación no siempre fue fácil. En los primeros días, la gente de donde ella vivía cruzaba la calle cuando ella pasaba y hacía gestos cruzados como si fuera el diablo. Muchos pensaron que estaba poseída.
La gente solía temerle y se sentía intimidada por su presencia. Pero afortunadamente ahora todo cambió, a tal punto que hay quienes la adoran como una deidad y le piden bendiciones.
Incluso se convirtió en un personaje popular en los festivales de tatuajes de todo el mundo y ahora disfruta cuando la gente la mira y dice que es producto de sus experiencias en la vida. "El tatuaje es mi forma de ser inmortal, de ser realmente un vampiro y no morir, dejando mi trabajo en la piel de otras personas", afirmó, según publicó Daily Star.



