Año 2016. La furia corre por el cuerpo de Elías Montenegro, de 16 años. Por el encierro en el Instituto para la Recuperación del Adolescente de Rosario (Irar), por la vida que le pesa. Elías o El Nata no participa de ningún taller. La furia no lo deja. Se adueña de él y entonces se corta los brazos, se tajea en la soledad de su celda. Se arruina. Un día descubre que no está tan solo.

–Che Nata, no te cortes ni nada, fijate si podés escribir– le dice Mirko Iván, otro interno del Irar.

–Naaa, que voy a escribir, naaa, escribí vos– le responde Elías.

Pero el mensaje de su compañero llega y le hace caso. Consigue papel y lápiz, y escribe. Escribe y siente por primera vez que tiene algo especial, un don en las manos. El don de la palabra. Y de hacer que esas palabras tengan música. La primeras líneas son para su mamá.

Año 2019, 27 de septiembre. Dos personas asesinan a balazos a un pibe que había salido a comprar algo al quiosco en Platón y Flor de Nácar, barrio Las Flores de Rosario. Las fuentes policiales que replican los medios informan que dos hombres encapuchados le tiraron desde una moto y que la víctima, Mirko Iván Cabrera, de 20 años, tenía problemas con personas del barrio y "viejas broncas".

Año 2019, 30 de octubre. Elías Montenegro tiene ahora 18 años. Hizo talleres de escritura, de poesía y de todo tipo dentro del programa Nueva Oportunidad. Desde aquel día de 2016 en el Irar, nunca paró de escribir. Participó del libro "Solo soy yo" con sus poemas y viajó a Buenos Aires a presentarlo. También trabajó en una investigación sobre una cooperativa de La Lagunita. Su última búsqueda es hacer con sus letras algo de trap, trapetón y rap. Por todo eso, el pibe que se autoflajelaba en una cárcel de menores participa de un panel sobre "Jóvenes, desigualdad, violencia y medios de comunicación" en la Plataforma Lavardén.

Es uno de los 11 mil chicos que habitan los espacios de Nueva Oportunidad en Rosario y que cuenta su historia en esta jornada especial. Elías recuerda que cuando más estaba encerrado en su encierro, Mirko Iván le propuso escribir, sacar afuera todo eso que le pasaba y gracias a él empezó otro camino. "Cambié mi mente", resume.

Entonces agarra el micrófono, toma una hoja con uno de sus poemas y lo lee ante unas cien personas que lo escuchan:

Un pibe más
Un pibe más que se va a mayores
un pibe más que se autolesiona
un pibe más que se va en libertad
un pibe más que vuelve a caer
un pibe más que se droga para escapar
de la realidad en la que estamos
un pibe más que está preso acá conmigo
un pibe más que me aconseja seguir para adelante
un pibe más que quiere tener un futuro mejor
pero no puede porque lo margina la sociedad
un pibe más con una hoja y un lápiz
que se desahoga con simples palabras
un pibe más que se expresa una y otra vez

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Elías se enteró el 7 de octubre pasado que habían asesinado a Mirko Iván. No lo dijo en el escenario de la Plataforma Lavardén, pero le dedicó el poema a su amigo.

Lo que sí dejó en claro en el panel del jueves es lo que piensa del Nueva Oportunidad: "El programa tendría que seguir porque ayuda a muchos pibes. Se trata de la igualdad de las personas, porque muchos creen que los de la baja sociedad están limitados frente a los de arriba pero el Nueva Oportunidad hace que los dos estén a la misma altura. Un pibe que vive en pleno centro tiene acceso a un taller o a un trabajo pero un pibe que vive en el barrio no y este programa te da por ejemplo un taller de carpintería y entonces aprendés un oficio y después si ponés empeño podés llegar a hacer tu propia cooperativa de carpintería, por ejemplo”.

De la radio a la maternidad, lo importante es seguir

Además de Elías, el panel sobre "Jóvenes, desigualdad, violencia y medios de comunicación" le dio voz a Joel y Karen, de 20 y 17 años, que realizan un taller de radio en barrio Ludueña (proyecto @distrito.radio).

Dijeron que buscan tener un estudio propio para hacer sus producciones, salir al aire y algo elemental: "Que la beca que nos pagan siga. Yo con una parte de eso pago la luz de la casa en la que estoy viviendo y con la otra parte le compro pañales a mi hija”, contó Joel.

Jonatan hizo talleres de albañilería, herrería y huerta del Nueva Oportunidad hasta que él mismo se pasó del otro lado del escritorio y ahora es capacitador de locución y periodismo. El grupo se junta tres veces por semana y tiene un espacio en FM Milagro 92.1 del barrio Stella Maris. Trabajan con noticias, sobre todo policiales, y se sorprenden cuando una víctima es un amigo o un familiar. Cuestionaron el enfoque de los medios tradicionales que privilegia las estadísticas y que los voceros en general no viven en el barrio.

Maira, una de las talleristas de ese espacio, resumió porque cree que el Nueva Oportunidad debe continuar más allá de los cambios de gobierno: "Salva vidas".

Alan sumó su experiencia en el taller de radio del Club Social y Cultural Reflejos de Empalme Graneros. Florencia compartió su emoción por ser mamá y cómo le cambió la vida compartir esa experiencia en el espacio de Crianza Consciente y Respetuosa. Por ahora es un único grupo de 15 mujeres y el desafío es reproducirlo en otros barrios (y sumar varones).

De 300 pibes a 17 mil en seis años

Nueva Oportunidad nació en 2013 en Rosario con 300 jóvenes de entre 16 y 35 años expulsados del circuito laboral y escolar. Tres años después el número de participantes se multiplicó por diez. En este 2019, son 17.745 jóvenes de 28 localidades de la provincia (más de 11 mil en la ciudad).

La jornada debatió "una política sobre jóvenes, desigualdad y violencia".

El programa cuenta con 1.492 acompañantes de los chicos que hacen los talleres. Son personas que forman parte de organizaciones sociales, políticas, del Estado y de instituciones religiosas, lo que engloba una extraordinaria diversidad. De ellos, 142 transitaron antes por el proceso de capacitación.

Parte de ese trabajo se realiza al interior de diez cárceles en la provincia, con 427 personas privadas de su libertad de hasta 35 años.

El pedido que atravesó la jornada del jueves en Rosario fue claro: que esta Nueva Oportunidad no sea la última. Por eso, 40 organizaciones locales llamaron a marchar el 14 de noviembre. Entre otras cosas, piden que el programa sea garantizado por una ley, que todavía se debate en la Cámara de Diputados.

Evaluación interna y externa

El licenciado en Criminología Máximo Sozzo hizo un análisis del trabajo del programa en la provincia para entender sus logros y sus límites. “El Nueva Oportunidad coloca en el centro de la escena la lucha contra la marginación y la desigualdad, y la construcción de oportunidades sociales. Se instala en el Ministerio de Desarrollo Social pero trabaja con otras áreas de los estados provincial y municipales, tratando de generar un esquema de cooperación tanto vertical como horizontal. Al hacerlo, ésto le permite construir lógicas de intervención social en espacios más amigables”, dijo.

Además, Sozzo resaltó que “la participación en este programa de más de 17 mil jóvenes en toda la provincia es un signo de que esa opción funcionó adecuadamente, porque estamos en presencia de una de las primeras experiencias en América Latina que logra tener este nivel de escala”.

"Nueva Oportunidad necesita ser una política pública", dijo Vigoni.

Tras el encuentro, el director del Nueva Oportunidad, Luciano Vigoni, trazó un balance de la jornada para Rosario3: "El programa es un piso que es necesario fortalecer, profundizar y reformular también”.

“Necesita ser una política pública que se desarrolle en el tiempo, con 10 ó 15 años, y de espacios transversales que no sean privativos del Estado o de una organización, sino que se encuentren la academia, los jóvenes, las organizaciones, los periodistas; en definitiva la sociedad para poder discutir no en el aire sino sobre una propuesta concreta", analizó.

Máximo Sozzo a la derecha de Miguel Lifschitz.

Sobre el futuro del plan, el gobernador Miguel Lifschitz señaló: “Tenemos un proyecto de ley presentado en la Legislatura que ha salido del trabajo conjunto. Tenemos muchas garantías de que este proyecto pueda tener continuidad en el futuro, sería un gran logro democrático más allá de los cambios políticos. Este programa da un salto cualitativo en relación con las políticas sociales, por eso podría ser también un gran modelo para nacionalizar”.