En un diario hay de todo: política, economía, noticias internacionales, de sociedad, deportes, espectáculos. En el archivo de un diario también, y eso se refleja en la muestra del Museo Histórico Julio Marc con el material que formaba parte del archivo del diario La Tribuna y que cubre un período que va de 1928 a 1983. Pero claro, también hay omisiones. Después de todo, este es un país que proscribió, censuró y mató por pensar distinto. Entonces conviven la Biblia, el calefón y el vacío. La exposición se inaugura el 8 de julio.

Como sea, la muestra “331 cajas y 1.352 sobres” refleja en muchos sentidos una época marcada a nivel nacional por los autoritarismos y a nivel internacional por las tensiones de la Guerra Fría.

Sobre este último punto, llaman la atención algunos de los títulos temáticos de los sobres en los que se guardaban las fotos, recortes y documentos: “Disidentes soviéticos”, “Capitalismo”, “Cia y FBI”, “Espionaje”, “Naves espaciales”.

El tránsito, una problemática con historia en la ciudad de Rosario (Alan Monzón).

También la pasmosa vigencia del sobre “Costo de vida”. Allí, hay viejos recortes de diarios con títulos dramáticamente actuales sobre índices de inflación. Lo mismo pasa con el FMI, y el dólar, que siempre aparece “desfondado”. 

Hay un capítulo sobre Iglesia, en el que se refleja la gran preocupación que generaba en las cúpulas eclesiásticas de los años 60 y 70 el surgimiento del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo. La cruzada de la jerarquía católica incluye fuertes presiones a los medios.

La droga es un tema que también tiene presencia con una mirada que muestra, fundamentalmente, ignorancia. “Polémica por la mariguana” (sic), es uno de los títulos. Un comisario inspector sugiere desde un título que “Una buena represión es una excelente prevención”. O un pie de foto en el que se ve a un supuesto adicto en recuperación: “Drogadicto habla en la plaza Ovidio Lagos”.

Algunos personajes que aparecen en la muestra se ven muy a gusto con la idea de reprimir (Alan Monzón) 

El deporte, la cultura y la farándula tienen mucho espacio. 

Abundan las fotos de futbolistas de los años 70, fundamentalmente de Newell’s y Central. Algunas, como una del delantero leproso Santiago Santamaría y el defensor canalla Mario Killer, muestran que el abrazo entre Maxi Rodríguez y Fideo Di María no es novedad.

Tampoco es nuevo que Rosario tenga artistas de calidad, algo que se refleja en los suplementos sobre Literatura y Plástica que tenía La Tribuna.

La ciudad era además mojón fundamental de las giras de las figuras rutilantes del espectáculo como Sandro, Susana Giménez, Moria Casán y Juan Carlos Calabró, entre otros. 

En ese capítulo hay dos fotos que muestran ese movimiento: una de Libertad Lamarque en el Monumento a la bandera y otra de Ante Garmaz, vestido de tenista, en un desfile en La Favorita.

Parte del contenido sobre espectáculos y farándula (Alan Monzón).

El lado B de las historias es lo que no se cuenta o se lo hace parcialmente. De Perón hay poco y nada. Sobre derechos humanos, el archivo contiene apenas referencias críticas a la visita de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) durante la última dictadura. La violencia política de los 70 se resume en un sobre que bajo el título “Subversión” refleja la mirada militar sobre el tema.

“Creemos que hay que pensar en el pasado y esta exposición propone eso. Sin un posicionamiento crítico del pasado no vamos a construir futuro”, sostiene el director del Museo Julio Marc, Pablo Montini.

Que entiende que la institución de alguna manera se hace cargo de eso con una placa elaborada por la artista Mariana Tellería, que se complementa con la exposición sobre el archivo del diario La Tribuna y que también se inaugurará el 8 de julio. “Este lugar nunca podrá salvar las omisiones que cometió a lo largo de su historia”, dice el texto de esa obra.

Los carnavales de Rosario, una instancia festiva muy presente (Alan Monzón).