La Unión Europea aprobó este lunes la operación Aspides, la misión naval en el mar Rojo para escoltar y proteger a los buques mercantes de los ataques de los hutíes. "Agradezco la decisión de hoy de lanzar la operación Aspides. Europa garantizará la libertad de navegación en el mar Rojo, trabajando junto a nuestros socios internacionales", dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, a través de un mensaje en la red social X.

La funcionaria afirmó que la nueva misión representa "un paso hacia una presencia europea más fuerte en el mar para proteger" los "intereses europeos".

La misión estará conformada por cuatro fragatas de Francia, Alemania, Grecia e Italia, que colaborará también con una patrulla aérea en la zona, según explicaron diversas fuentes diplomáticas. Grecia, además, comandará la misión y acogerá su cuartel general.

La operación tendrá un mandato meramente defensivo, con el objetivo de escoltar a los buques mercantes que naveguen por el Golfo Pérsico, el Golfo de Omán, el Golfo de Adén y el mar Rojo, y derribar los posibles misiles o drones que puedan lanzarles los hutíes.

Sin embargo, no atacará preventivamente las posiciones de los rebeldes, como hacen Estados Unidos y Reino Unido con la misión "Prosperity Guardian".

El paso marítimo Bab el Mandeb es un paso imprescindible para completar la ruta marítima más corta entre Europa y Asia.

Desde el pasado 19 de noviembre, los hutíes han lanzado una treintena de ataques contra buques mercantes de distintos países que transitaban por el mar Rojo, el golfo de Adén y el estrecho de Bab al Mandeb, asegurando que los navíos o bien pertenecían a Israel o se dirigían a puerto israelí.

La tensión en la zona ha hecho que las principales navieras a nivel mundial continúen ajustando sus rutas para evitar cruzar por el mar Rojo, por donde transitan el 8% del comercio mundial de cereales, el 12% del comercio de petróleo y el 8% del comercio mundial de gas natural licuado.

Un corredor clave para el comercio mundial

El nombre de este paso marítimo, Bab el Mandeb, es de origen árabe y quiere decir "la puerta de las lágrimas" o "la puerta del dolor". Esto alude a los peligros –desde corrientes y vientos hasta piratería y conflictos– que amenazan a los navegantes que transitan la entrada al mar Rojo desde el océano Índico entre Yemen, Yibuti y Eritrea.

Con 115 kilómetros de longitud y 36 kilómetros de ancho en su parte más angosta, el estrecho de Bab el Mandeb conecta el mar Rojo con el golfo de Adén.

Esta franja de agua ha ocupado un lugar crucial en el comercio, la cultura y también en los conflictos durante gran parte de la historia de la civilización humana. Sin embargo, fue la apertura del Canal de Suez en 1869 lo que convirtió a Bab el Mandeb en un paso imprescindible para completar la ruta marítima más corta entre Europa y Asia.

Hutíes de Yemen sobre la cubierta del barco comercial Galaxy Leader, capturado frente a la costa de al-Salif.

La zona se ha convertido en un foco de conflicto por los ataques armados de milicianos hutíes de Yemen contra embarcaciones de diversos países que atraviesan una de las rutas más concurridas del comercio internacional.

Como respuesta, EE.UU. y Reino Unido bombardearon varias zonas controladas por los hutíes, insurgentes islamistas radicales de mayoría chiíta que luchan por hacerse con el poder en la guerra civil en curso en Yemen.

Estos conflictos, unidos a las actividades de los piratas en la región, explican la presencia militar de las potencias mundiales, sobre todo Estados Unidos, y sus contundentes respuestas ante acciones que pongan en peligro el tráfico marítimo en la zona.

A raíz de los conflictos y los riesgos de esta zona, muchos cargueros decidieron desviar sus trayectos entre el océano Índico y Occidente a través del Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África, una ruta que añade miles de kilómetros de viaje, aumenta los costos y retrasa la entregas de componentes vitales para la cadena de fabricación de productos y de bienes de consumo.