El 20 de noviembre de 2019 se aprobó en Argentina la Ley 27.539 con el fin de garantizar el cupo femenino en los eventos de música en vivo así como cualquier actividad organizada de forma pública o privada que implique lucro comercial o no. Desde entonces, en todas los line up debería haber al menos una mujer y a partir de los diez artistas programados, el cupo femenino se cumpliría con el 30%. 

Lo cierto es que en Rosario y dentro del género de la música electrónica el cumplimiento de la ley brillaba por su ausencia. Ese fue el motor que impulsó a que Lucila Otero, mejor conocida como Lucifer, de 24 años y Ximena Sclaroff de 21, se junten a repensar la escena local y buscar posibles soluciones para situaciones poco placenteras como abusos, acosos, violencia laboral y sobretodo el cupo femenino a la hora de ir a tocar. 

Después de esa primera conversación notaron que las experiencias laborales eran similares: a ambas les ofrecían menos dinero que a los DJ masculinos; las dos conocían otras compañeras hostigadas en sus puestos de trabajo. También sabían de productoras de la ciudad que no contrataba mujeres o solo lo hacían para abrir el evento cuando el público era de escaso a nulo y tanto Lucila como Ximena se habían cansado de escuchar por los grandes empresarios de la música electrónica que “en Rosario no había mujeres DJ”. 

De ahí nació la necesidad de actuar y compartir. "Nos dimos cuenta que era urgente la concientización dentro del ambiente. Reeducar la movida, a los que hace años que van a eventos electrónicos como a aquellos que recién empiezan”, contó Ximena que su primera vez en una cabina fue a los 16 años y admitió sentirse sola en aquel entonces. 

Mujeres Djs es una organización que arrancó con dos amigas pidiendo la igualdad de oportunidades laborales entre hombres y mujeres. Apostando a la virtualidad, generando contenido y pidiéndole a las compañeras que se sumen para cambiar la escena. Y vaya que esa lucha dio frutos. Hoy son cerca de 50 chicas que se acompañan y apoyan unas con otras cada vez que sale una fecha. 

“En poco tiempo llenamos los flyers de mujeres DJ en la ciudad y logramos el objetivo principal: que una de nosotras toque en el Metropolitano”, agregó Lucila que en 2019 comenzó con mezclas, y en 2020 arrancó sus estudios, primero como dj y luego como productora musical.

El grupo tuvo que intervenir en eventos e incluso otros artistas han decidido bajarse de algunas fiestas por discriminación. No usan la política de escrache sino el de decisión: si el trabajo es mal pago o no respeta a las artistas no lo aceptan y le avisan a los demás colegas la situación para que cada uno decida de qué lado pararse. 

“Nos encantaría poder armar un show y presentar a todas las chicas, pero por ahora estamos solo en la virtualidad”, y con eso alcanzó para avanzar en los cambios de la noche rosarina. Aunque según las entrevistadas falta bastante por hacer: que cambie la ley de nocturnidad de Rosario porque hace casi imposible la realización de fiestas electrónicas, los costos de los impuestos a la hora de organizar autogestivamente un evento y un dato no menor: que sean considerados trabajadores. 

A veces el personal de seguridad gana más que las o los DJ no nos ofrecen fechas de 4 horas por 3 mil pesos; en otros lugares ni agua nos dan”, contó Lucila y Ximena agregó: “Una vez el chofer que nos habían asignado para trasladarnos, estaba borracho”. Además de los comentarios fuera de lugar que tuvieron que escuchar en reiteradas oportunidades; por eso desde Mujeres Djs están trabajando para que en cada evento haya un protocolo que evite todo tipo de violencia hacia los músicos. 

Las chicas cuentan sus experiencias dentro de la noche con bronca pero no con resignación, tienen ganas y fe de que las cosas pueden cambiarse aún más. En este sentido hicieron hincapié en la necesidad de terminar con el dedo acusador: estigmatizar al género musical logró que muchos artistas se queden sin trabajo. “La verdad es que cada vez tenemos menos espacios para tocar porque la mayoría cerraron”, apuntaron y también mencionaron la denigración de algunas productoras para los artistas rosarinos. 

La lucha por la igualdad de género se instaló desde hace años en distintos espacios laborales, incluso en las cabinas de las mujeres Djs porque ya no solo se trata de hacer bailar al público sino también de unirse, formar grupos, acompañarse y garantizar que la ley promulgada hace tres años se cumpla. 

Articular conocimientos y fuerzas, presencia y aguante, experiencias y proyectos para marcar la agenda local fue una necesidad, hoy es una elección de 50 mujeres que encontraron en el calor del movimiento una forma más fácil de llegar al objetivo: trabajar con respeto y combatir contra la desigualdad en las cabinas y escenarios.