En la esquina de Entre Ríos y Urquiza nació, hace 92 años, Ernesto Che Guevara. Hoy en ese mismo departamento, donde se cree que una partera ayudó a su mamá Celia a traerlo al mundo, está a la venta. En los últimos casi 20 años nadie vivió allí. Sus dueños son dos y viven en Brasil y España. Habían pensado a ese lugar como un centro cultural que nunca se pudo hacer, pero entrar al departamento parece un viaje a 1928 y a la vida del Che. Ahora lo venden, con dos condiciones.

Cuando entrás se te ponen los pelos de punta. Tiene algo especial”, aseguró en contacto con A diario (Radio 2) Francisco Farrugia, uno de los dueños. Junto con Manuel De la Rica puso en venta el departamento natal del Che para dividirse el dinero y evitar problemas de herencia y sucesión. Ambos pasan los 60 años y ninguno vive en Argentina: en pocas palabras, quieren saldar cuentas.

“Lo vendemos porque no queremos dejar un problema y crear discusiones”, resumió.

Piden 400 mil dólares, apenas por encima del valor inmobiliario que ronda los 350 mil dólares. Pero el precio es la menos importante de las dos condiciones que pusieron: quieren que el nuevo dueño o dueña respete la figura de Guevara y mantenga la función que tiene hasta ahora.

Desde que compraron el departamento en 2001, Farrugia y su socio –que nunca lo habitaron–, lo amoblaron al estilo de 1920 y lo pusieron a disposición de los gobiernos rosarino, santafesino, nacional y cubano “para hacer visitas o actividades de protocolo”.

En realidad querían hacer un centro cultural abierto al público pero ese proyecto nunca prosperó porque es un edifico residencial. Ya se los había advertido la vendedora en su momento; pero por algún tiempo lograron hacer funcionar un espacio cultural del que participó Roberto Negro Fontanarrosa.

La oportunidad de compra, contó Farrugia, surgió en aquel crítico 2001 para la Argentina. Él vivía por entonces en Milán (Italia), y su socio en Madrid, donde todavía sigue al frente de una importante agencia de medios y publicidad vinculada a Cuba; de allí también la necesidad de preservar la figura del Che.

Farrugia se enteró que estaba a la venta el departamento del Che, a cuyas escasas dos cuadras él mismo vivía en su época de estudiante, y de inmediato llamó a su amigo en España. Otro amigo de Farrugia, de la infancia, sirvió de representante local y completó la transacción en Rosario.

Hasta el momento Farrugia y De la Rica recibieron muchísimas propuestas. Hasta el 15 de julio están dispuestos a seguir escuchando ofertas y luego se tomarán unos días para tomar una decisión. Para fines de mes quieren dejar todo listo. La mayoría de los interesados son extranjeros –hay apenas dos ofertas nacionales, ninguna rosarina– aunque a los socios les gustaría dejar el departamento en manos argentinas.

Sin embargo, la principal condición sigue siendo preservar los 220 metros cuadrados de piso de roble y techos altos, y sobre todo, la figura y memoria del Che.