Más de 60 países, entre ellos China y Estados Unidos, se comprometieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los sistemas de refrigeración, con la aspiración de proporcionar "acceso universal a la refrigeración que salva vidas, aliviar la presión sobre las redes energéticas y ahorrar billones de dólares de aquí a 2050".

Los países firmantes suscribieron al llamado "compromiso de refrigeración" en el marco de las negociaciones que se están desarrollando en la cumbre sobre el clima de la ONU, COP28, celebrada en Dubái.

El desarrollo de sistemas de refrigeración "debe crecer para proteger a todo el mundo del aumento de las temperaturas, mantener la calidad y la seguridad de los alimentos, estables las vacunas y productivas las economías", reconoció Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Sin embargo, resaltó que "ese crecimiento no debe producirse a costa de la transición energética y de impactos climáticos más intensos".

El costo ambiental de la refrigeración

Los sistemas de refrigeración, especialmente los de aire acondicionado, liberan hidrofluorocarbonos, gases de efecto invernadero que representan el siete por ciento de todas las emisiones que calientan la atmósfera y podrían llegar a 10% hacia el año 2050, a medida que crezca su uso.

Por otro lado, los datos del PNUMA estiman que más de 1.000 millones de personas corren un alto riesgo de sufrir calor extremo debido a la falta de acceso a la refrigeración, la gran mayoría de ellas en África y Asia. A su vez, casi un tercio de la población mundial está expuesta a olas de calor mortales más de 20 días al año.

En ese contexto es que la refrigeración proporciona alivio a las personas y también es esencial para otros ámbitos y servicios críticos como la seguridad alimentaria mundial y el almacenamiento y suministro de vacunas.

Aunque, al mismo tiempo, los sistemas convencionales como el aire acondicionado representan uno de los principales causantes del cambio climático. Si no se gestiona adecuadamente, las necesidades energéticas para la refrigeración de espacios se triplicarán de aquí a 2050, junto con las emisiones asociadas.

El uso eficiente de los sistemas de refrigeración es clave para, por ejemplo, garantizar el almacenamiento de vacunas.

Si se mantienen las actuales tendencias de crecimiento, el consumo generado por los equipos de refrigeración, que hoy por hoy representa el 20% del consumo total de electricidad, se duplicará para 2050. Estados Unidos, China y Japón agrupan dos tercios de los sistemas de aire acondicionado a nivel mundial.

Es por esto que, de cara a mediados de este siglo, la inmensa mayoría de los países pactaron trabajar con el fin de que alrededor de ese año la temperatura del planeta no pase de 1,5 grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial (1850-1900).

Los gobiernos de 63 países ya se comprometieron a reducir un 68% las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los sistemas de refrigeración para el 2050, en comparación con los niveles de 2022.

En qué consiste el "compromiso de refrigeración"

Las medidas de refrigeración sostenible se proponen en tres áreas: refrigeración pasiva (con disipadores de aire en los aparatos que consumen poca energía), estándares de mayor eficiencia energética, y una reducción gradual de los refrigerantes que calientan el clima.

Unos estándares de eficiencia más altos y un mejor etiquetado de todos los equipos de refrigeración triplicarían la eficiencia media mundial de los equipos en 2050 con respecto a los niveles actuales. A esto debería agregarse una rápida descarbonización de la red eléctrica, para reducir las emisiones sectoriales hasta cerca de 96%.

Con esos nuevos parámetros se permitiría que hasta otros 3.500 millones de personas se beneficiasen de frigoríficos, aparatos de aire acondicionado o refrigeración pasiva de aquí a 2050. También se reducirían los picos de demanda de energía entre 1,5 y dos teravatios, casi el doble de la capacidad actual de generación de la Unión Europea, y se evitarían inversiones en generación de energía aquivalentes a entre cuatro y cinco billones de dólares.

Además, se limitarán las facturas de electricidad de los usuarios finales en un billón de dólares en 2050, y en 17 billones de dólares acumulados entre 2022 y 2050.

Los promotores del nuevo compromiso en la COP28, que deliberará hasta el 12 de diciembre, esperan que lo apoyen al menos 80 países, incluido el más poblado, India, que con 1.400 millones de habitantes podría registrar el mayor crecimiento en la demanda de sistemas de refrigeración en las próximas décadas.