El insólito y repudiable caso del abandono de los mellizos africanos de 6 años sigue en proceso de investigación. Los Rucci Perrig llegaron en enero a San Martín de los Andes, donde -según contaban- buscaban una nueva vida al pie de la cordillera para los cinco. Pero todo terminó en un increíble suceso y en una causa judicial casi sin precedentes. 

Los vecinos que los conocieron y los frecuentaron los recuerdan como una familia “feliz”, “normal” que “llamaban la atención por los nenitos africanos” según Infobae. Los recuerdan de verlos en la rambla, frente al lago, en la plaza.

Sin embargo, esta semana, la noticia del abandono de los niños en una comisaría bahiense oscureció de repente una historia que parecía ser de amor y solidaridad: nadie sabe absolutamente nada de los padres adoptivos, se borraron de las redes sociales, no atienden el teléfono, se refugiaron en el departamento que habitaban y la Justicia los investiga por un delito muy grave.

Eduardo Rucci abandonó el 17 de noviembre pasado a los hermanos mellizos de seis años nacidos en Guinea Bissau. Fue hasta la Comisaría de la Mujer de Bahía Blanca, los depositó como si fueran objetos. Dijo que los dejaba por razones personales que dificultaban el vínculo con los chicos y la vida familiar. Y se fue. No se sabe si volvió al hogar que habitaba con su pareja, Natacha Perrig, y su hija biológica de 11 años.

“Nos encontrábamos cada dos por tres con ellos en la villa. Los nenes hablaban español como cualquiera de nosotros, jugaban con nuestro perro”, comentó una persona que prefirió no revelar su identidad y que aseguró al medio que el pasado martes al menos Perrig y su hija estaban en San Martín de los Andes, ya que llevó a la niña a una actividad extracurricular en la escuela donde también iban los mellizos abandonados.

"Acá no lo podemos creer, parecían una familia amorosa, estamos todos conmocionados”, admitió el vecino. Otro vecino relató que el 17 de noviembre vio salir de madrugada a Rucci, solo y con los dos niños. “Si tenían problemas económicos hubiesen avisado. Pero no se entiende cómo salieron de la ciudad con dos chicos, viajaron 1.500 kilómetros y nadie les pidió papeles. Volvió sin los dos pibes y no hubo una sola denuncia de nada”. También contó que había veces que el matrimonio salía con su hija biológica y dejaba a los niños solos en la casa.

La investigación penal está a cargo del fiscal Marcelo Romero Jardín, quien evalúa la posible comisión del delito de incumplimiento de los deberes de asistencia familiar (un delito que prevé una pena leve, de hasta dos años de prisión excarcelable) y un posible fraude a la Ley de Migraciones.

Fuentes judiciales comentaron que están esperando información de la Dirección Nacional de Migraciones para saber si la adopción se hizo legalmente y que la causa podría pasar al fuero federal en las próximas horas.

Antes de borrar su perfil de las redes sociales, Rucci posteó para el Día del Padre, en junio pasado, una foto de su hija biológica con sus hermanitos adoptivos entre abrazos y risas.

Según consta en la denuncia policial, a los menores se les cambió el nombre en el país de origen (de acuerdo al gusto de sus padres adoptivos) y ni siquiera tienen Documento Nacional de Identidad (DNI) provisorio ni de residencia.

El matrimonio tampoco presentó los documentos que acrediten que la adopción haya completado todos sus pasos legales en el país africano y según las averiguaciones del Equipo Interdisciplinario que tomó el caso en Bahía Blanca, los pasaportes de los chicos no contienen sus identidades originales sino con los nombres de pila que eligieron los adoptantes y con el apellido del padre adoptivo. Además, ninguno de los pasaportes de los mellizos tiene registrada la fecha de ingreso a la Argentina. Solo consta el sello de la salida de Guinea Bissau.

Para los denunciantes, la actitud del padre constituye maltrato infantil, y señalaron que llegó a la comisaría “sujetando a los menores de ambos brazos y, sin ningún miramiento, informarnos que es su deseo entregar a los niños, desentendiéndose totalmente de las obligaciones paternas de cuidar, convivir, alimentar y educar a sus hijos”, además de la cosificación que hace de los menores”.

Los funcionarios consideran que en este caso se violaron los derechos de los niños al constituir un caso de maltrato infantil y una forma de violencia que tendrá consecuencias inmediatas y también en el futuro desarrollo de los hermanitos.