La cuarentena protege contra el coronavirus pero paraliza la economía. Los sectores afectados son cientos de miles, las personas detrás millones. En medio de esta situación agobiante, el empresario Leonardo Jacobson al frente de la fábrica local Liliana, decidió empezar a fabricar mascarillas para personal sanitario a pesar de que la planta está parada. Y contó con la esencial colaboración de sus empleados a quienes valoró y destacó en su compromiso social. 

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), el titular de la fábrica ubicada en Granadero Baigorria, confirmó que con el objetivo de prestar ayuda en este escenario crítico decidió fabricar mascarillas plásticas en su planta industrial, en el marco de un trabajo en conjunto con la Municipalidad, la Secretaría de Desarrollo Económico, el Polo Tecnológico, la Secretaría de Industria de la provincia de Santa Fe y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.

“¿En qué puedo dar una mano?”, fue la pregunta que se hizo y así fue como comenzó a desarrollar su objetivo. “En tiempo récord tuvimos el prototipo para fabricar a gran escala”, comentó en relación al producto que será distribuido a médicos y a personal de salud en general. Según explicó, la materia prima la reciben en donación y ellos ponen lo suyo: la fabricación.

“Estamos aprovechando la capacidad de producción de moldes y hacemos unos nuevos para producir mascarillas a gran escala, hasta ahora lo hicieron con gran esfuerzo en 3D, pero el problema es que es muy baja escala en cambio así, hacer la matriz nos permite multiplicar la productividad”, indicó.

Jacobson confió que 15 empleados están abocados a la producción a pesar de que la planta está parada. “Nos sobra gente con voluntad para hacer esto,  me saco el sombrero ante ellos. Hay un compromiso como pocas veces he visto”, celebró y remarcó que estas personas se exponen cada día para salir de sus casas.

De terror

“Hoy la planta está parada y veo la situación con mucha preocupación, estamos viviendo una situación límite, además nos sentimos con mucha responsabilidad por las 700 familias, uno las tiene en los hombros cada vez que apoyás la cabeza en la almohada”, advirtió.

“Esto parece una película de terror pero hay que poner creatividad, es una situación de emergencia y hay que pensar cómo seguir”, manifestó.