Una pareja de Puerto Piray, de Misiones, encontró la forma de desarrollar un humilde pero existoso emprendimiento: vender hielos saborizados para el tereré.

La iniciativa terminó siendo furor entre la comunidad porque a tan sólo semanas del novedoso lanzamiento, los creadores de la iniciativa debieron equiparse para poder responder a la alta demanda que generó y sigue generando el producto.

Así, la obtención de un freezer y el servicio de envíos a otras localidades ahora también forman parte de su estructura comercial. La presentación final de los hielos saborizados es uno de los puntos más valorados por los clientes.

La idea se trata de vender hielos saborizados para utilizar durante la preparación del popular tereré, surgió una tarde cuando Florencia Viñuela y su novio planeaban ejecutar un emprendimiento en su pueblo, informa Clarín.

"Vimos una publicidad de un picolé (helado de agua típico de Brasil) con frutas y después intentamos hacerlo, pero no nos salía. Entonces buscamos otra opción y se nos ocurrió lo del hielo. Estábamos en mi casa, teníamos la fruta necesaria, lo hicimos y nos salió. ¡Se vendieron enseguida!", recuerda la joven de 20 años.

La excelente presentación final de cada uno de los productos requiere una conjunción previa de bolsas para hielo de tamaño grande con el jugo natural, las rodajas de frutas y otros ingredientes, como jengibre o menta.

A un mes de aquella venta inicial que marcó la pauta de que las personas recibieron con gusto los hielos saborizados, el pequeño negocio continuó creciendo y Florencia junto a su pareja (un joven de 21 años) debieron expandirse un poco más para abarcar la demanda.

"Empezamos en mi casa, pero ya no nos alcanzaba el lugar de los congeladores. Poníamos 20 bolsitas en el mío y otras 20 en el de él. Ahí nos dimos cuenta de que ya no dábamos abasto", contó la exitosa emprendedora.