La laguna La Picasa, ubicada en el extremo sur de la provincia de Santa Fe y que llegó a popularizarse como un destacado atractivo para pescadores de la región, se enfrenta a un panorama negativo como consecuencia de la sequía y una disputa entre los pueblos cercanos.

Así lo describió Fernando Pedrocco, titular de cabañas y dueño de lanchas que vive en San Gregorio. "La Picasa está en el sur de Santa Fe, a unos 60 kilómetros de Venado Tuerto, casi en el límite con la provincia de Buenos Aires. Es una laguna grande que en el año 2017, con la última inundación, dejó casi 50 mil hectáreas de campos productivos bajo el agua", dijo el hombre.

En San Gregorio, que tiene menos de 10 mil habitantes, las personas del pueblo vieron la pesca de pejerrey "como un negocio alternativo", dado que la economía regional es "pura y exclusivamente rural".

"Muchos construimos cabañas y compramos embarcaciones, otros pusieron casas de comidas y bares", comentó Pedrocco en diálogo con El Contestador (Radio 2). Y agregó: "En el año pospandemia se trabajó muy bien, pero después hubo un conflicto entre San Gregorio y Diego de Alvear, una localidad en la que se dedican a la pesca comercial con red".

Esto no era compatible con la "pesca deportiva" promovida desde San Gregorio, que no tiene jurisdicción sobre la laguna, dependiente de Diego de Alvear y Aarón Castellanos por proximidad geográfica.

Gracias a la actividad que surgió desde el crecimiento de la laguna, los habitantes de la región "abrieron bajadas para que las lanchas entren a pescar", con lo que "San Gregorio se empezó a reconvertir" para dejar de ser un pueblo "meramente rural y empezó a captar turismo" pesquero.

Pero en el 2022 se desató el conflicto entre las localidades lindantes a la laguna. "El presidente comunal de Diego de Alvear firmó una ordenanza que nos prohibió pescar durante los fines de semana", dijo Pedrocco.

Al respecto, agregó que en ese entonces el gobierno provincial intervino y respaldó la medida de Diego de Alvear, aunque habilitó a quienes viajaban para practicar la pesca deportiva para que pudieran hacerlo los viernes. Esto, según el hombre de San Gregorio, dejó a muchos pescadores que solo podían ir sábados y domingos marginados, lo que a su vez perjudicó a la economía del pueblo.

Luego llegó la sequía, con la que la laguna retrocedió en gran medida, y el problema se agravó. "No solo disminuyó el flujo de gente, sino que con la sequía el pejerrey dejó de comer y quedó encerrado sin oxígeno, por lo que quienes venían no pescaban bien".

En ese marco, en junio de 2023 no les quedó más alternativa que cesar con la actividad, y de esta manera todas las inversiones que se habían hecho en la zona ya no generaron ingresos, perjudicando a los habitantes.

"San Gregorio pasó de ser una perla en el sur de Santa Fe a un pueblito común", lamentó Pedrocco, y concluyó apuntando que con las lluvias que se vienen registrando en esta época esperan que pueda reactivarse la pesca".