Un grupo de cadetes de reparto y familiares de un joven detenido se manifestó este martes frente al Centro de Justicia Penal de Rosario para reclamar su liberación. Se trata de David J., de 20 años, quien fue imputado por el delito de robo doblemente calificado por el uso de arma de fuego y por haberse cometido en poblado y en banda, y quedó con prisión preventiva efectiva hasta el 4 de diciembre.
El hecho que se investiga ocurrió el 7 de noviembre pasado, alrededor de las 10.40, en un local de distribución de alimentos ubicado en Lima al 1000, en barrio Echesortu. Según la acusación de la Fiscal Silvana Valero, David habría llegado al comercio en una motocicleta Honda XR 150 y, tras ingresar al local, habría facilitado el ingreso de otros hombres armados que descendieron de una Toyota T-Cross.
De acuerdo al parte del Ministerio Público de la Acusación, los asaltantes amenazaron y golpearon a los dueños y empleados, y se llevaron $1.500.000, una alhaja, los DVR del sistema de cámaras y dinero particular de los propietarios. El accionar quedó registrado en domos del sistema de videovigilancia urbana, y a partir de esas imágenes se realizó la aprehensión del joven.
Sin embargo, la familia de David sostiene una versión completamente distinta. “A mi hijo lo llamaron a las 8 de la mañana para hacer un reemplazo. Se presentó 8.30 a trabajar, hizo unos repartos y volvió con una horma de queso que la iba a dejar en el mostrador. El dueño le dijo ‘cerrá la puerta’ y cuando se dio vuelta ya le habían dado un culatazo en la cabeza y robaron al dueño”, relató su madre al programa De boca en boca (Radio 2).
La mujer insistió en que su hijo “no es entregador, no es delincuente, es un chico trabajador, sin antecedentes”, y cuestionó que “se presentaron testigos y las pruebas pero nadie hace nada. Mi hijo nunca se negó, les dio la contraseña del teléfono”.
En la protesta también participaron compañeros de trabajo del joven, que aseguraron que la acusación carece de sustento. “Lo único que tienen es que habló por teléfono afuera del local unos 15 minutos. Nosotros somos cadetes y vivimos con el teléfono en la mano, no es que estamos entregando locales”, expresó uno de ellos.
La jueza de Primera Instancia Trinidad Chiabrera tuvo por admitida la imputación y dictó la prisión preventiva efectiva de David J. hasta el 4 de diciembre, mientras continúa la investigación.



