Araceli González contó a través de sus redes sociales que el viernes recibió un diagnóstico de Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado (sibo, por sus siglas en inglés), una enfermedad bacteriana que se presenta con bastante frecuencia y que puede confundirse con la celiaquía, el colon irritable o la intolerancia a la lactosa.

En su perfil de Instagram, donde acumula más de un millón y medio de seguidores, comentó: "Lo tomé con mucha calma. La verdad es que no me estresó recibir el diagnóstico porque, sinceramente, cuando ya sabés lo que tenés, podés abordarlo como corresponde y es lo que me está pasando a mí ahora".

A sí mismo, la actriz señaló que el reciente diagnóstico la hizo reflexionar. "Me frenó, porque venía como media enloquecida. Entonces, me olvido de comer como corresponde, y yo siempre como muy bien. No consumo lactosa, porque soy intolerante, ni gluten, porque no me hace bien", apuntó.

El diagnóstico de SIBO puede darse cuando hay muchos síntomas que se superponen, como distensión abdominal, vómitos y diarrea.

Araceli también apuntó que recibe muchas inquietudes sobre el sibo y que aún se encuentra en período de investigación de la enfermedad. "Me estoy tomando con calma todo esto y veo que hay un acelere del otro lado, muchos de saber qué es porque no lo tienen muy claro, como yo, y muchos de que saben todo y te recomiendan", dijo.

Y agregó: "Lo más importante es que ya estoy diagnosticada, que tengo que hacer una dieta con un nutricionista que me va a ayudar y que voy a estar muy bien. Les iré contando qué me dicen". Para finalizar, González hizo un llamado a sus seguidores para que se hagan chequeos: "Lo más importante es tener el diagnóstico. Vayamos a un médico, que nos vea y nos diga qué tenemos. Y, a partir de ahí, poder cuidarnos como corresponde".

Qué es el sibo: lo que se sabe sobre este síndrome

El doctor Fernando Bessone, médico gastroenterólogo y hepatólogo, explicó que este "síndrome se caracteriza por un sobredesarrollo bacteriano en el intestino delgado", que "suele tener pocas bacterias".

"Históricamente, el sobredesarrollo bacteriano era interpretado como el cúmulo de bacterias que se da después de una cirugía, puntualmente en un asa ciega o intestinal que quedaba desfuncionalizada", precisó Bessone. Es decir, su detección se limitaba a "pacientes operados con algún defecto anatómico para que esto ocurriera".

Ese fue el panorama hasta "la década del 90", cuando se empezaron a detectar síntomas y se realizaban estudios en otro tipo de pacientes. Mediante estas prácticas "se encontraba un número de bacterias exorbitantemente alto en relación a lo que debería haber en el intestino delgado", por lo que se ampliaron los análisis al respecto.

La necesidad de estudiar el sibo está ligada con las dificultades para llegar al diagnóstico.

La necesidad de estudiar el sibo está ligada con las dificultades para llegar al diagnóstico, puesto que "en muchos de estos pacientes" los primeros indicios se asocian con el "síndrome del intestino irritable", que a su vez se vincula con "muchas enfermedades".

Lo que la comunidad científica sabe sobre el sibo es "que existe y que produce síntomas", explicó Bessone, y remarcó que más allá de eso "hay que tener cuidado cuando uno lo relaciona con otro tipo de enfermedades".

Síntomas y tratamiento del sibo

Consultado sobre los síntomas que se presentan a raíz de este síndrome, el gastroenterólogo y hepatólogo señaló que el paciente "puede tener simplemente una distensión abdominal", lo que se genera cuando después de las comidas este siente que "se infla". Sin embargo, esto también puede estar asociado con una dilatación gástrica.

Al respecto detalló que cuando hay muchos síntomas que se superponen, como vómitos y diarrea, en esos casos se avanza con el diagnóstico. "Los síntomas son superponibles a otras enfermedades, pero cuando están todos juntos tienen que despertar la sospecha", agregó.

No obstante, enfatizó en que, a día de hoy, todavía "no hay evidencia certera sobre los motivos del cuadro y sus características" puntuales.

Sobre la posible relación del sibo con el estrés, Bessone comentó que no hay evidencia específica al respecto. Sin embargo, apuntó que el "eje cerebro-intestino" sí fue estudiado en diferentes investigaciones, por lo que es real que el intestino irritable "tiene mucho que ver con el estrés, la angustia, el duelo y otras variables psicológicas del paciente".

Con respecto al tratamiento para este síndrome, puntualizó que en la actualidad se recurre a "antibióticos no absorbibles" como la rifaximina , una opción que "da muy buenos resultados en estos pacientes".