“En el barrio se comentó la historia porque hace más de 20 años que trabaja de eso, de sol a sol, llueva o no, y ahora esto que aparece como una obra de mejora del barrio, lo deja excluido de su trabajo”. Fernando es un vecino de la zona de Mitre y San Lorenzo. Resumió en contacto con Rosario3, la situación actual de Willy, y con ella, la de una de las paradojas más dolorosas que atraviesa las grandes ciudades, esa que deja incluidos de un lado y excluidos del otro.

Willy es Mauricio Germán Luna, un hombre de 38 años que desde los 11, según contó, es cuidamotos. Ni trapito ni cuidacoches. “No soy nada de eso, soy cuidamotos que es muy diferente”, advirtió una y otra vez dando a entender que no tiene nada que ver la construcción social negativa sobre la actividad, vinculada a la delincuencia. Los últimos 13 años ha estado en el parking de motos ubicado en Mitre, entre San Lorenzo y Urquiza, haciendo su labor de lunes a sábados entre las 7 y las 21 pero, todo indica que el desarrollo de obras de construcción que mejorarán la arquitectura y la actividad económica en la cuadra darán por tierra el estacionamiento y con éste, su trabajo.

“Soy diferente a otros, soy popular en la ciudad porque soy laburante. Vine quebrado. Con lluvia y frío vengo. La gente me quiere como parte de su familia, confían en mí cuando dejan sus motos estacionadas y los vecinos y comerciantes se sienten tranquilos porque estoy yo. He zafado a una chica que tiene una dietética cuando la estaban robando, me hice pasar por el primo”, recordó como una de las tantas anécdotas que acumula y que considera son sustento del cariño que cosechó en la zona. También aseguró que se siente muy orgulloso con su labor en la cuadra: “Vengo a laburar de corazón, no tengo ninguna tarifa, sólo lo que la gente me da a voluntad que me sirve para ayudar en mi casa”, dijo este muchacho que vive junto a su mamá y su hermana en zona oeste.

Hace 4 meses atrás, según recordó, fue advirtiendo que en tres locales contiguos iban a iniciarse obras de remodelación. Lo sospechó siempre: su avance no permitiría que subsistiera el estacionamiento de motos. Iba a quedarse sin trabajo, es decir, sin la forma en que tiene de ganarse la vida desde que era un niño.

Tres mil firmas

Vecinos y vecinas y motociclistas que suelen dejar estacionados sus vehículos  de las inmediaciones se unieron para ayudar a Willy a través de un pedido concreto a la Municipalidad de Rosario: que se traslade el parking a su lugar de origen, en Mitre y Córdoba. El texto fue presentado en diciembre en el Concejo de Rosario.

“Willy es una buena persona, es un excelente trabajador, hace más de 20 años se dedica de manera intachable a este oficio. Del centro de Rosario, todos los trabajadores lo conocemos, nos deja tranquilo dejar las motos a su cuidado”, manifestó Luciana, una joven que trabaja en la zona y que acompañó al cuidamotos en su “cruzada” junto a “más de 3 mil firmas” que avalan lo expuesto.

En el escrito elevado a los ediles se solicita el traslado “urgente” del parking de motos ubicado en Mitre al 500 a su sitio original de Mitre al 700. Willy, en primera persona, explica que distintos trabajadores dejan su motovehículo a su cuidado a cambio de un pago a voluntad: “Constituye mi única entrada de dinero para vivir”, señala y agrega que la ausencia del estacionamiento obligará los dueños de los rodados a tener que pagar un estacionamiento privado. 

 Ahora Willy espera una respuesta afirmativa que le permita seguir trabajando en lo suyo. “Me queda poco tiempo, yo no pido un plan social ni un subsidio, quiero y necesito trabajar porque si no estoy en la lona”, concluyó.