Un grupo de científicos comenzó a trazar diferentes planes para asegurar la continuidad de las especies terrestres, y uno de sus proyectos consiste en crear un "arca lunar" para almacenar millones de semillas, esporas, óvulos y espermatozoides. 

La idea de los expertos es construir bajo la superficie del satélite natural un depósito que contendría células reproductivas de 6,7 millones de especies de la Tierra, publicó The New York Post.

Los investigadores sostienen que los humanos debemos poner la mirada en los viajes espaciales para preservar la vida tal como la conocemos, puesto que fenómenos como desastres naturales, impactos de asteroides y la posibilidad de una guerra nuclear amenazan con ponerle fin a la raza humana. 

Esta inestabilidad planetaria deja muy vulnerables a sus especies y "obliga" a establecer una bóveda de semillas en la Luna lo antes posible, aseguró Jekan Thanga de la Universidad de Arizona, Estados Unidos, en la Conferencia Aeroespacial del Instituto Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE).

Para Thanga y su equipo, los frecuentes peligros a los que nos enfrentamos hacen que esta idea se convierta en una verdadera "póliza de seguro global moderna". 

En su presentación "Fosas lunares y tubos de lava para un arca moderna", el científico planteó la construcción de refugios prefabricados dentro de unas fosas lunares descubiertas recientemente.

Un modelo de las bóvedas lunares propuestas por los científicos. 

Estos lugares brindarían las condiciones ambientales perfectas para el almacenamiento de las células reproductoras, ya que soportan "grandes cambios de temperatura" y ofrecen protección ante amenazas como la radiación y los meteoritos. 

Este "arca", según la presentación de Thanga, preservaría criogénicamente varias especies en caso de desastre global en los módulos cilíndricos alimentados por paneles solares. 

"Todavía podemos guardarlos hasta que la tecnología avance para luego reintroducir estas especies, en otras palabras, guardarlos para otro día", afirmó.

El experto citó la erupción del monte Toba en Indonesia hace 75.000 años como motivo de preocupación, al indicar que "provocó un período de enfriamiento de 1.000 años y, según algunos, se alinea con una disminución estimada de la diversidad humana". 

También calculó que para lograr el objetivo y abastecer por completo el depósito se necesitarían 250 vuelos espaciales, frente a (por ejemplo) los 40 lanzamientos que en su momento se realizaron para la construcción de la Estación Espacial Internacional.