Uber deberá pagar 1.1 millón de dólares a Lisa Irving, una mujer ciega que reside en San Francisco, Estados Unidos, que fue discriminada por los choferes del servicio de transporte. De acuerdo a los reportes, ella fue “plantada” en numerosas ocasiones por conductores que se negaron a llevarla junto a su perro guía.

En 2014 la empresa había sido demandada por discriminar a personas ciegas, dos años más tarde acordó el pago de una multa de 2.6 millones de dólares y dijo que realizaría esfuerzos para modificar esas prácticas en los conductores que usan la app. Muchas de las negativas que recibió la mencionada mujer, que ahora deberán indemnizar, ocurrieron luego de ese compromiso que Uber tomó en 2017.

Según se lee en el fallo judicial, “Uber permitió que los conductores que discriminaban a los pasajeros discapacitados continuaran conduciendo sin disciplina”. También se indica que cuando anteriormente “Uber realizó un examen de la situación, sus investigadores fueron capacitados para entrenar a los conductores a encontrar razones no discriminatorias para las denegaciones de viajes, a veces incluso para ‘abogar’ para mantener a los conductores en la plataforma a pesar de las denuncias de discriminación”.

En declaraciones al San Francisco Chronicle, Irving dijo que recibió más de 60 rechazos por parte de conductores de Uber. Incluso contó detalles de un viaje en el que un chofer la amenazó con dejarla a un lado de la autopista por viajar con su perro Bernie. Otro conductor supuestamente interrumpió su viaje después de afirmar falsamente haber llegado a su destino. Irving alegó que los viajes cancelados también la llevaron a llegar tarde al trabajo, lo que provocó que la despidieran.

“La conclusión es que, según la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, un perro guía debería poder ir a cualquier lugar al que pueda ir una persona ciega”, señalaron los abogados de la mujer. Ella dijo: “Hubiera preferido que se respetaran mis derechos civiles, pero (esta multa) envía un fuerte mensaje de que esto no es aceptable”.

La mujer no recibirá 1.1 millón de dólares, sino cerca de 325.000, ya que el resto del dinero se destinó a costos legales y al pago de honorarios a sus abogados. En este caso, la justicia rechazó la afirmación de Uber de que la propia empresa no era responsable porque, argumentó, sus conductores tenían la condición de contratistas en lugar de empleados.

En un comunicado emitido a los medios tras el fallo, un vocero de Uber dijo que la compañía está “orgullosa” de la ayuda que ofrece a los pasajeros ciegos. “Se espera que los conductores que usen la aplicación Uber colaboren con los pasajeros con animales de compañía y cumplan con las leyes de accesibilidad (…) Regularmente brindamos educación a los conductores sobre esa responsabilidad”, notaron al indicar que analizan cada queja y toman las medidas adecuadas.