La compañía aeroespacial estadounidense SpaceX comunicó que debido a una tormenta geomagnética perdió la mayor parte del lote de satélites Starlink lanzados la primer semana de febrero.

El 3 de febrero, un cohete portador Falcon 9 puso en órbita 49 satélites Starlink, pero al siguiente día los aparatos se vieron "significativamente afectados" por dicho fenómeno, ocasionado por el viento solar. Estas tormentas hacen que la atmósfera se caliente, aumentando la densidad atmosférica en la órbita terrestre baja, donde se encontraban los satélites.

Los especialistas de SpaceX activaron una función de "modo seguro" del desplazamiento de los satélites para minimizar el arrastre y protegerlos de la tormenta geomagnética. Sin embargo, el incremento de la resistencia a bajas altitudes obstaculizó las maniobras de corrección de órbita, y "hasta 40 satélites regresarán o ya regresaron a la atmósfera terrestre".

Según la compañía, esos aparatos no representan una amenaza para otros satélites, ya que están diseñados para desintegrarse completamente al volver a entrar en la atmósfera sin que se generen desechos orbitales ni impacten en la superficie terrestre.

"El análisis preliminar muestra que el aumento de la resistencia a bajas altitudes impidió que los satélites abandonaran el modo seguro para comenzar las maniobras de elevación de la órbita, y hasta 40 de los satélites volverán a entrar o ya han vuelto a entrar en la atmósfera terrestre. Los satélites que salen de órbita presentan un riesgo de colisión cero con otros satélites y, por diseño, desaparecen al volver a entrar en la atmósfera, lo que significa que no se crean desechos orbitales y ninguna parte del satélite golpea el suelo. Esta situación única demuestra los grandes esfuerzos que ha hecho el equipo de Starlink para garantizar que el sistema esté a la vanguardia de la mitigación de desechos en órbita", dice el comunicado de SpaceX