La policía de París desalojó brutalmente a patadas, con gases lacrimógenos, bastonazos y granadas a 500 migrantres que acampaban en la Plaza de la República en la capital francesa. Hace unos días, el gobierno francés decidió promover una ley que, de ser aprobada en la votación de este martes, impediría grabar a las fuerzas en acción.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, reconoció que algunas imágenes del desalojo tomadas por periodistas y activistas eran "escandalosas" y ordenó una investigación interna de "ciertos incidentes", prometiendo además hacer públicos los resultados.

El informe fue entregado y debe ser juzgado por la Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), que deberá entregar sus conclusiones en 48 horas. El ministro llamó a "ciertos hechos inaceptables" el martes, cuando la Asamblea nacional era una olla a presión contra la ley.

Según dice el artículo 24 de la ley de seduridad, se considerará un delito postear o publicar imágenes de los policías o soldados en las redes sociales, que luego se pueden volver objetivo de individuos o terroristas.

El polémico proyecto establece como delito postear o publicar imágenes de los policías o soldados en las redes sociales.

El desalojo

 

Los alrededores de la plaza se llenaron de sirenas, gritos y corridas en medio de la noche, en pleno confinamiento. Atónitos miraban diputados, alcaldes, abogados y organismos de derechos humanos, que habían sido convocados por Médicos del Mundo y la ONG Utopía 56, a participar en este acto para “visualizar” a los olvidados de la República.

"Papeles para todos, habitación para todos" cantaban los migrantes.

Apenas una hora después de su instalación, la policía comenzó a retirar algunas de las carpas el lunes por la noche, a veces con exiliados todavía adentro, en medio de los gritos de activistas y migrantes.

Durante el desalojo, los agentes alzaron carpas con los migrantes adentro y las sacudieron para que sus ocupantes cayeran al suelo, donde los patearon y golpearon con sus bastones, según la jefa de Médicos Sin Fronteras en Francia, Corinne Torre.

Los refugiados eran parte de un grupo de 3.000 personas, que habían sido desalojados el 17 de noviembre de un campo en St Denis. A 2.000 los habían distribuido a lo largo del país. Los 1.000 restantes, mayoritariamente sudaneses, afganos y eritreos, deambulaban en el invierno parisino sin un lugar donde dormir.

Utopia56 y Médicos del Mundo decidieron convocarlos a la Plaza de la República para que su "visualización" comenzara a "corporizar una solución habitacional", mientras esperan su asilo o expulsión del país.

Tras los dichos del ministro del Interior, Utopia56 denunció "la hipocresía de un hombre ante sus contradicciones", refiriéndose a "una persecución permanente de los exiliados" por parte del funcionario. 

Por su parte, la jefatura de policía dijo en un comunicado que desalojó el campamento République porque era ilegal e “invitó” a los migrantes a alojarse en los lugares ofrecidos por el estado o los grupos humanitarios.

Ni terrotistas ni criminales


En su defensa, uno de los refugiados explicó: "No somos terroristas ni criminales. Muchos de nosotros somos universitarios, ingenieros, médicos, perseguidos en nuestros países. Sólo pedimos asilo y un techo. La legislación humanitaria nos ampara. Llega el invierno. No podemos dormir a la intemperie en estas bajas temperaturas. La policía fue extremadamente violenta, yo diría vengativa", describió Abu, un médico afgano egresado de la universidad de Kabul.

Alrededor de 1.000 refugiados deambulan por las calles de paris sin un lugar en el que dormir.

La policía de París aplica el principio de "tolerancia cero" para los campamentos de migrantes en la capital, instituido por el jefe de la fuerza Didier Lallement a principios de año. Desde entonces, muchos se han retirado hacia Seine-Saint-Denis.