Tras perder Argentina la certificación regional de eliminación del sarampión por un brote incontrolado en Canadá este año, se reinstaló en toda América Latina la importancia de la vacunación. En Rosario no se han registrado casos en todo 2025; e incluso, desde hace un par de años, según destacaron desde la Municipalidad. Con todo, mantienen la vigilancia activa ante posibles casos sospechosos ya que se tata de una de las enfermedades más contagiosas y que puede resultar fatal para menores de un año no inoculados.
“El sarampión es una enfermedad que no se ha erradicado, sí se ha controlado, justamente con la vacuna”, aclaró a Rosario3 el director de Planificación epidemiológica local y médico epidemiólogo, Juan Herrmann.
Explicó que la decisión de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de retirar la certificación se da luego de 12 meses sin que Canadá haya podido controlar la enfermedad, que es tan contagiosa que apenas un sólo caso puede multiplicarse por 20. En Argentina se detectaron casos en San Luis, Buenos Aires y Ciudad Autónoma pero como por ley nacional deben ser notificados inmediatamente, se activaron con la misma velocidad los equipos sanitarios para contener el brote. “La única forma de controlarlo es con la vacunación”, señaló.
En tal sentido, destacó la importancia de la inoculación y explicó que la reaparición del sarampión en el último tiempo obedece, justamente, a un relajamiento de la vacunación. La pandemia de coronavirus influyó, dijo, pero también los movimientos antivacunas previos.
Recordó que la vacuna (doble o triple viral, que también cubren contra la rubéola y la paperas, respectivamente) está disponible gratis en todos los centros de salud y que por calendario debe aplicarse al año y un refuerzo a los 5, pero en caso de no haber recibido el refuerzo a esa edad, se puede recibir en cualquier otro momento.
“Que la población general no esté vacunada expone a los menores de un año”, advirtió Herrmann y señaló las consecuencias letales que puede tener en las infancias. “Puede generar neumonías, encefalitis, complicaciones muy, muy graves”, enfatizó. También: convulsiones, meningoencefalitis y ceguera. No tiene tratamiento específico y es mortal en 1 a 2 casos cada mil personas no vacunadas.



