El secretario de Trabajo Julio Cordero defendió este miércoles el proyecto de reforma laboral del Gobierno en el Senado ante las críticas de la oposición, y aclaró que, de alcanzarse la sanción de la ley, esta “va a aplicar para los nuevos trabajos”.
“Esta ley claramente va a aplicar para los nuevos trabajos, y efectivamente los trabajos anteriores tienen los derechos consagrados en su legislación”, sostuvo el funcionario durante el inicio formal de la discusión de la ley en la Cámara alta, en un plenario de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda.
Cordero dijo además que se trata de un proyecto “equilibrado”, luego de que el legislador peronista Mariano Recalde planteara que la iniciativa reviste un “revanchismo patronal”.
Al respecto, el secretario de Trabajo reconoció que “lo que sí sucede es que hay algunos institutos que están previstos para una aplicación retroactiva, como los juicios pendientes” o “la baja de cargas”.
Según explicó, actualmente hay muchas personas que prefieren ser “autónomas” y que, para la relación de dependencia, se trata de devolver el “poder de organización” y “control” al empleador. “Si una relación llegara a ser riesgosa, en vez de estar fomentando, estamos perjudicando”, resaltó.
"Los jóvenes quieren las características del trabajo autónomo"
En el debate por el proyecto de reforma laboral, Julio Cordero afirmó que no toda esa población "quiere ingresar al mundo del trabajo poniendo toda su fuerza laborativa a disposición del empleador". pic.twitter.com/F0ynPWpZeZ— Corta (@somoscorta) December 17, 2025
“Lo que nosotros estamos buscando es fomentar que las cargas no sean tan fuertes que lleven a que las personas de manera deliberada o por necesidad trabajen de manera irregular, porque eso no está bien”, dijo Cordero.
También insistió en que con el proyecto se busca “la reducción significativa de los costos adicionales que llevan a una informalidad en el mundo del trabajo”, y que apuntan a que “las soluciones lleguen al mundo real, al mundo laboral”.
El funcionario destacó además que “para que haya una persona trabajando alguien tiene que contratarla”, y planteó: “La imposición no forma parte de la libertad de la contratación. La libertad de la contratación tiene que tener reglas claras, que nos lleven a que haya un fomento y no un estancamiento”.
“Es un trabajo técnico y desarrollado donde participaron diferentes ministerios y actores. Se avanzó hacia un esquema que permitiera un proyecto claro y conciso para dar certeza a las relaciones laborales. Terminar con los equívocos que derivaban en reclamos judiciales y generaban incertidumbre y, en la práctica, llevaban a que no hubiera trabajo en el país”, enfatizó.
Y planteó: “Este proyecto de modernización es para que la creación de empleo sea formal y genuina, las reducciones que se buscan son para dar fuerza a quienes tienen que contratar y para que puedan ser sostenibles en el tiempo”.
Previamente, Recalde había expresado que “el empleo no está estancado, sino en caída”. “Se perdieron 250.000 puestos y cerraron 22.000 empresas, según Arca. Nunca una ley laboral logró que se genere empleo, en la Argentina y en el mundo”, siguió.
El porteño realizó distintos reproches enfocándose en puntos como: el potencial incentivo a contratos de locación y triangulaciones a la hora de ingresos en empresas; la nula preocupación por repartidores que trabajan en plataformas; modificaciones en indemnizaciones “a favor del empleador”; el cambio del “concepto de trabajo” y el fomento de un “revanchismo patronal”; la viscosidad de los eventuales vales de comida, con “una redacción más confusa”; la eliminación de la participación de utilidades; los “salarios dinámicos” y su evaluación por “mérito”; el fraccionamiento de vacaciones –opinó que el mundo funciona mejor en base a más de 30 días, y no 14 como base–; la eliminación del preaviso en el período de prueba; el pago en cuotas de sentencias; la “fantasía” del banco de horas; y los nuevos límites de las jornadas laborales, entre otros.



