Tras la muerte de la actriz Naya Rivera, se reavivó el mito en torno a la “maldición” de la serie Glee, ficción de la participó la artista. El dato es que no es la única muerte inesperada ligada al elenco.

Tras una intensa búsqueda, el cuerpo de Rivera, de 33 años, fue hallado en el lago Piru en California, lugar al que había acudido a dar un paseo con su hijo de cuatro años.

Según la crónica, Rivera se sumergió en el lago y ya no pudo salir. Su pequeño hijo fue encontrado con vida en el interior de un bote que había alquilado para el paseo.

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Este lamentable no es primero de esta índole ligado al reparto de la serie musical estadounidense.

Uno de esos casos es el del actor Cory Monteith. El artista falleció a los 31 años el 13 de julio de 2013 por una sobredosis de heroína mezclada con alcohol.

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Otro de los actores de Glee con trágico final fue Mark Salling. Se quitó la vida el 30 de enero de 2018. Los motivos –según las especulaciones– estarían ligados a la condena de hasta siete años que enfrentaba por posesión de pronografía infantil.

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