La periodista y escritora catalana Cristina Morató se propuso recuperar las figuras de Ava Gardner, Grace Kelly, Rita Hayworth y Elizabeth Taylor –cuatro actrices que marcaron la llamada “época dorada” de Hollywood– para retratarlas más allá de las cámaras.

El resultado es Diosas de Hollywood. Las vidas de Ava Gardner, Grace Kelly, Rita Hayworth y Elizabeth Taylor más allá del glamour, libro que Plaza & Janés publicó este marzo; una biografía a cuatro voces en la que amor, desamor, soledad, engaños, violencias y adicciones salen a la luz.

En todos los casos, estas mujeres lograron sobreponerse a un destino que no estaba en sus planes –Ava y Rita fueron actrices contra su voluntad– o tuvo reveses inesperados.

Nunca quiso ser actriz, hasta que un cazatalentos la descubrió y pensó que una belleza como ella debía aspirar a algo más que a una vida aburrida y provinciana. No sabía hablar, ni moverse con soltura  en un plató, pero la cámara la quería como a ninguna. Con el tiempo trabajó  con grandes directores de cine y encarnó a tentadoras vampiresas. A pesar de ser diosas de Hollywood una buena actriz no se sentía orgullosa de su carrera y maldecía el alto precio que había que pagar por ser una estrella”,  se lee en el capítulo “La estrella indomable” que Morató dedicó a Ava Gardner.

Gilda era lo opuesto a la verdadera Rita Hayworth —tímida, callada y hogareña—, pero el público nunca lo supo. Desde el estreno de la película el mito la devoró y fue para siempr. Gilda, la «diosa del amor». Daba igual el papel que interpretara; ver su ondulante melena pelirroja en tecnicolor despertaba una fascinación casi hipnótica”, reza un fragmento del capítulo dedicado Hayworth.

Tal como explicó la también autora de Divas rebeldes en una entrevista con la revista Harper's Bazaar “cuando una actriz llegaba a Hollywood en aquella época, pasaba directamente al departamento de Publicidad que ponía toda una maquinaria en marcha para convertirte en estrella a cambio de perder tu identidad: te cambiaban el nombre, el físico, tu historia y tu biografía para hacer una vida todavía más apetecible al gusto del público americano”.

Sobre la investigación centrada en Grace Kelly, Morató señala “el hastío” que le generaba “la vida en el palacio de los Grimaldi le resultaba vacía . asfixiante”. Vale recordar que la actriz dejó el cine –“su pasión”– para casarse con Rainiero III y así convertirse en Su Alteza Serenísima Gracia de Mónaco. 

En el apartado dedicado a Liz Taylor –“un diminutivo que ella detestaba– la autora ahonda en los problemas de salud de la actriz que “sufrió un sinfín de operaciones y estuvo al borde de la muerte”. 

“Cuando parecía que había tocado fondo se reinventó como empresaria de éxito y utilizó su fama para ayudar a los enfermos de sida. Pese a sus múltiples escándalos, el público que la vio caer y levantarse una y otra vez, nunca la abandonó. No hubo en el panteón de diosas una tan popular y querida comoella”, sostiene sobre Elizabeth Taylor.

Un fragmento de Diosas de Hollywood puede empezar a leerse acá.