Setenta mil mujeres ganaron la calle el último octubre durante el 31º Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se desarrolló en Rosario. En el marco de las tres jornadas, hubo talleres, actividades artísticas y debates que dieron cuenta de un movimiento de mujeres en Argentina multitudiario, dinámico y diverso.

Más allá de los números y la síntesis arriba expresada (dicen mucho y poco al mismo tiempo), en cada Encuentro es posible establecer un espacio común que, podría pensarse, es inherente a la experiencia misma: ninguna de las mujeres que participan vuelven igual.

Este sábado a las 20.30, en Espacio Arteón, Sarmiento 778, se exhibe el documental Organizadas, de las realizadoras Guadalupe Freire y Camila Zenclussen. El filme registra el 31º ENM a partir de los testimonios de cinco mujeres que participaron del mismo.

El ENM no es un grupo que se junta, son mujeres organizadas que van a hablar de temas políticos, personales. Y lo personal es político

Ambas comunicadoras sociales integran la Cooperativa de Comunicación La Brújula, espacio que se planteó a comienzos de 2016 la posibilidad (y necesidad) de abordar el Encuentro a través de “mujeres participantes con perfiles diferentes”, explicó Camila Zenclussen a Rosario3.com.

Y los “perfiles” elegidos fueron el de una mujer que asistía por primera vez –“porque nos iba a permitir pensar qué les pasa a las mujeres que asisten y por qué se dice que «no vuelven igual»– , una “encuentrera histórica” –"que haya asistido a todos, desde el primero; porque eso nos iba a aportar una visión histórica de los ENM”–, mujeres que militasen en organizaciones y partidos “y el testimonio de mujeres que asisten tras haber sufrido alguna situación de violencia y que, a partir de ese hecho se acercan al movimiento.”

El trabajo de un año contempló entrevistas previas, durante y posteriores al Encuentro por parte de la directoras, que integran el movimiento Mujeres cineastas y de medios audiovisuales Rosario.

Camila sostuvo que esos “perfiles”, que responden a “categorías” fueron pensadas para “elaborar alguna idea en abstracto”, pero a la hora del montaje “nosotras (junto a Guadalupe Freire) las pusimos a hablar en una situación de igualdad. “

Esa paridad en los relatos de las protagonistas –que demandaron un año de trabajo, con entrevistas previas, durante y posteriores al Encuentro– refleja la condición diversa y dinámica de los ENM: “No importa si militás en un partido, si es la primera vez que vas o venís hace muchos años o qué te pasó. No importa tanto quiénes somos sino que somos mujeres y que queremos compartir experiencias y que todas tenemos un espacio para hablar y ser escuchadas.”


Un título polisémico

“Adentro del documental, hay fragmentos del discurso de apertura del (31º) ENM. Y un fragmento, que lee una muer con una voz potente y con mucha vehemencia, dice «tenemos que mantenernos, tenemos que seguir organizadas y en la calle. De ahí surgió la primera frase”, contó Zenclussen. “Es gracioso porque con Guada, cada vez que la escuchábamos la gritábamos. Y al elegir el título, nos acordamos de esa frase.”

La polisemia que reviste “organizadas” (por qué, para qué, para quiénes y en femenino) respondía tanto a las necesidades estratégicas de una gráfica en un afiche, como a una suerte de ayuda-memoria para que el título “se grabe”.

Pero también representaba las múltiples experiencias y realidades que se ponen en juego en cada Encuentro.

El documental abre interrogantes, invita a preguntarnos qué pasa en los Encuentros Nacionales de Mujeres, de qué hablamos y qué pensamos para seguir desarrollando este movimiento que es tan hererogéneo y que sigue creciendo 

No importa si se llega en colectivo, con organizaciones, por cuenta propia o con amigas, pero "para pasar tres días en otra ciudad o en su misma ciudad, para participar de los Encuentros,una mujer tiene que organizarse. Tiene que dejar a sus hijos con alguien, encargarse del hospedaje, de la comida...El ENM no es un grupo que se junta, son mujeres organizadas que van a hablar de temas políticos, personales. Y lo personal es político”, sostuvo la entrevistada.

Una vez elegido el título y ya con el montaje final en los 25 minutos, las realizadoras hallaron que las protagonistas, en sus testimonios, repetían la palabra. “Eso resignifica y te trae el título todo el tiempo a la cabeza –apuntó Camila–. Y te hace pensar «que loco, fuimos (y somos) 70 mil. No somos un rejunte, estamos organizadas y tenemos potencia para demandar todo lo que queremos.”

“Nuestra idea es que el documental no de ninguna certeza ni plantee verdades absolutas. Al contrario, abre interrogantes invita a preguntarnos qué pasa en los Encuentros Nacionales de Mujeres, de qué hablamos y qué pensamos para seguir desarrollando este movimiento, que es tan hererogéneo y que sigue creciendo”, concluyó Zenclussen.