Un hombre que trabaja como personal administrativo dentro del Ejército Argentino fue detenido este jueves acusado de estar involucrado en el secuestro de un joven cometido en la ciudad de santafesina de Gálvez en abril pasado. La causa federal ya tiene procesados con prisión a los hermanos Franco Lionel (35) y Martín Uriel “Uri” Quevedo (36).

Tras la investigación desarrollada por la Fiscalía Federal N°1 de Santa Fe, a cargo de Jorge Gustavo Onel, junto con la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE), que encabeza Santiago Marquevich, el Juzgado Federal de Santa Fe N°1, a cargo de Reinaldo Rodríguez, mandò allanar el Batallón 603 de San Lorenzo.

Personal de la Policía Federal Argetina (PFA) detuvo al hombre que fue indagado como coautor del secuestro extorsivo. Según indicaron desde el juzgado federal capitalino, se negó a declarar. El magistrado tiene cinco días para resolver su situación procesal.

De acuerdo con la investigación, la casa de Andino donde la víctima estuvo cautiva sería de su propiedad. Ese inmueble fue reconocido por el damnificado como el lugar donde estuvo cautivo, señaló el portal Fiscales. Otro dato que trascendió es que el detenido sería cuñado de los hermanos Quevedo.

Cerca de la medianoche del 14 de abril pasado, un joven de 27 años fue interceptado cuando salía de su trabajo. Alrededor de las 6 de la mañana, los captores se comunicaron con la familia de la víctima, desde su celular, y le solicitaron, primero, un pago de 200 mil dólares a cambio de la liberación.

Los familiares presentaron la denuncia en la Comisaría 2ª de Gálvez. En ese momento, se activó un operativo que incluyó escuchas directas mientras el fiscal y el personal de la delegación Santa Fe de la PFA se trasladó hacia esa ciudad.

El joven estuvo secuestrado hasta el mediodía, cuando fue liberado en San Lorenzo, a unos 20 kilómetros de Rosario y a casi 150 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.

Durante esas horas, los hombres se mantuvieron en contacto con la familia y le pidieron después 5 millones de pesos a modo de rescate, el cual no fue abonado.

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Tras una serie de operativos, en los que se secuestró un auto marca Ford Focus color gris, que se presume fue el utilizado durante el secuestro, también se detuvo a los hermanos Quevedo, oriundos de Gálvez, a los que se consideró como responsables del hecho.

Los hermanos fueron procesados en la causa por haber “sustraído, retenido y ocultado” al joven para cobrar el rescate, situación que se agrava por ser la víctima una persona con discapacidad y por haberle causado lesiones leves. Los procesamientos se encuentran firmes.

La investigación continuó y, de acuerdo con lo que pudo establecer el Departamento Antisecuestro Norte de la PFA, se descubrió que el mismo día del secuestro una línea telefónica interactuó con los teléfonos de los dos procesados en la causa.

Tanto del análisis de los registros telefónicos como de las filmaciones de una cámara de seguridad y de la investigación llevada adelante por la PFA, se pudo corroborar que la esposa del hombre detenido –Jonatan P.– posee una vivienda en la localidad de Andino, cuyas características coincidían con las relatadas por la víctima.

Por otra parte, se estableció que el administrativo del Ejército habría estado presente, por lo menos, por el plazo de dos horas, en las inmediaciones de esa casa al momento del secuestro.

Con base en las evidencias recolectadas, la fiscalía solicitó una serie de medidas que incluían la detención e indagatoria del hombre, al considerar que probablemente puso a disposición el inmueble para que se pueda mantener oculta y retenida a la víctima mientras los otros dos implicados exigían el pago de un rescate para su liberación.

En esa casa en construcción, que fue reconocida por la víctima como su lugar de cautiverio, se secuestró un portaequipajes que tenía colocado el auto con el que fue interceptado el joven, y que habría sido removido luego, probablemente para dificultar su individualización.