La Justicia dejó detenido este martes a otro integrante de Los Menores, la organización delictiva que surgió en el barrio 7 de Septiembre bajo el mando del prófugo Matías Gazzani, de notorio ascenso en el mundo criminal en los últimos cinco años. En esta ocasión, la fiscal Georgina Pairola imputó a Kevin Alba, de 21 años, un soldadito de la banda que hace una semana fue aprehendido en la vía pública tras pasar tres meses prófugo.
De los rangos más bajos de la estructura, Alba fue imputado como miembro de una asociación ilícita que hoy tiene una decena de detenidos y seis prófugos. Las evidencias en su contra lo muestran como un joven que se había tornado incontrolable para su familia, que vive en los monoblocks de Ayala Gauna al 8100. Para la Fiscalía, Alba respondía a los intereses y vendía al menudeo la droga que le proveía Alejandro “Gordo Ale” Leguizamón, uno de los lugartenientes de Gazzani en su barrio.
Parte de la evidencia contra Alba surgió del peritaje a los teléfonos de dos familiares, donde abundan los reproches al joven por su vida delincuencial y sus juntas. La Policía de Acción Táctica lo identificó el 18 de noviembre en Ayala Gauna y González del Solar y terminó alojado en la Comisaría 12ª.
“Anda rebelde mal. Hagan algo con ese pibe porque va a terminar preso o muerto. Anoche le robó la bicicleta a un vecino y el celu. Eso porque venden droga y se creen vivos”, dice un familiar del chico, que agrega: “Se quieren comer el mundo los pendejos, van y tiran tiros a cualquiera, hacen cualquiera, le roban a cualquiera, boludo. Ya se piensan que se comen el mundo y nada que ver, van a terminar matando al Kevin”.
La crítica a los menorcitos continúa. A mediados de 2023 esta persona se lamentaba: “Venden droga en la puerta de casa y no les puedo decir nada, porque enseguida vienen pum y me quieren cagar a tiros, que esto que el otro. Ellos hacen eso, le robaron la bicicleta a lo’ vecino’, la bicicleta y el celular. ¿Sabés qué van a lograr? Ya están todos rejunados, esos Menores están todos portándose mal (…) Entonces, sabés qué, que se arregle solo, hermano, lo va a ver atrás de las rejas y si no que lo vea bajo tierra”.
Para la Fiscalía, Alba “tiene vínculos directos y relaciones delictivas con miembros de la asociación ilícita y cumple órdenes. Utiliza armas de fuego, las guarda en su domicilio o en el de sus familiares, se ocupa de la venta de estupefacientes en puntos de venta en zonas de influencia y comete hechos delictivos por y para la asociación, como actos de intimidación contra rivales, amenazas, robos, entre otros. Se autoproclama integrante de la banda de los Menores”. El juez Fernando Sosa lo dejó detenido por plazo máximo de ley.
La banda surgió como una gavilla barrial que disputó el territorio en 7 de Septiembre, Stella Maris y Emaús al menos desde 2020. Tras esos años de plomo, un notable crecimiento económico y la alianza con otras organizaciones criminales, el cabecilla Matías Gazzani dejó la administración territorial a terceras personas que actuaban bajo su dominio y control, mientras él se mudó fuera de Santa Fe, indicó la fiscalía. Hoy las autoridades ofrecen una recompensa de 70 millones de pesos por su captura. Su nombre quedó asociado a la muerte del histórico barra de Rosario Central Andrés “Pillín” Bracamonte, aunque no existan evidencias formales para atribuirle el crimen. Para los acusadores, Gazzani llegó a apadrinar la conducción del paravalanchas en manos de Lautaro “Laucha” Ghiselli, preso desde agosto y considerado “organizador” de la banda.
Armas y un incidente en el sur
Alba tenía una anotación penal por portación compartida de una pistola en octubre de 2023 en Tarragona y Martínez de Estrada, además de una condena en libertad condicional dictada por la Justicia Federal por un violento incidente en Venado Tuerto.
Ocurrió el 15 de agosto de 2024, a las 21.15, cuando Alba, uno de sus hermanos y un tal Gonzalo Giménez irrumpieron de manera violenta en una vivienda ubicada en Catamarca al 1400 de Venado Tuerto. A los gritos, dijeron que buscaban a un hombre identificado como Álvaro B. y exigieron que apareciera la droga o el pago de 20.000 dólares. Luego ingresaron los sobrinos del dueño de casa y los intrusos advirtieron que, si no se saldaba la deuda o no entregaban al buscado, los matarían a todos.
Uno de los agresores se comunicaba con otra persona no identificada que, mediante videollamada, impartía órdenes e indicaba que “bajen” a uno, entren a la casa, aten a los chicos y los tengan encerrados dos o tres días hasta que apareciera la plata, la droga o Álvaro, según declararon las víctimas.
El dueño de casa explicó que el hombre buscado no vivía allí, pero que su hermana residía en la zona, por lo que los tres agresores se retiraron e ingresaron por la fuerza al domicilio de esa mujer. Allí exigieron nuevamente que apareciera Álvaro y que pagara los 20.000 dólares o devolviera la droga, bajo amenaza de matar o atar a alguien.
Sin dar con el buscado, los soldaditos se retiraron y se subieron a un Chevrolet Prisma Joy identificado como taxi de Rosario, cuya titularidad correspondía a la madre de Giménez. A las 22.30 fueron detenidos por personal policial de Firmat mientras circulaban por la ruta 33.



