En las últimas horas, la investigación que busca dar con el autor del disparo que terminó con la vida de Candelaria Enrique, la nena de 5 años que murió el 25 de diciembre, condujo a un sospechoso.

Una pistola fue incautada por efectivos de la División Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). Sin embargo, un peritaje determinó que la bala perdida no fue disparada por ese arma.

De acuerdo con la autopsia, Candelaria murió por un proyectil de un arma calibre 9 milímetros que le impactó en la cabeza minutos después de las 12, en medio de los festejos de Nochebuena. La niña se desplomó en su casa de Iriondo al 3900 y en el Hospital de la Mujer nada pudieron hacer para salvarla.

La AIC allanó a un vecino que, según algunos testimonios, acostumbraba a disparar tiros al aire a modo de festejo. El sospechoso tenía un arma con tenencia legítima en su poder. Pero el peritaje comparativo con material balístico recuperado en la autopsia dio negativo. Esta persona luego de ese resultado recuperó la libertad.

Menores víctimas de las armas

 

Un día después de la muerte de Candelaria un nene de la misma edad resultó baleado en una pierna en un ataque armado en Vía Honda. Thian debió ser trasladado al Hospital de Niños Víctor J. Vilela. A ese centro de salud, confiaron fuentes oficiales, llegaron en todo el año 19 niños y adolescentes con heridas similares ocasionadas por disparos de armas de fuego. Además, en el Hospital de Niños Zona Norte recibieron otros 19 casos por hechos cometidos en el marco de la misma violencia urbana.