El periodista de Radio 2 Fernando Carrafiello vivió una verdadera pesadilla durante la noche del lunes cuando salía de la cancha de Rosario Central tras cubrir el partido con Central Córdoba. Al llegar al lugar donde había estacionado su auto, se encontró con que le habían reventado la ventanilla para robarle. Pero eso no fue lo peor de todo: los ladrones le robaron la llave de la casa de sus padres, donde había dejado a sus hijos mientras trabajaba, y tras descubrir la dirección, intentaron abrir la puerta.

“Salgo de hacer la cobertura y cuando llego a Grondona al 900, que es una cuadra antes de Cándido Carballo, veo los cristales del auto roto y noto que me faltaban un montón de cosas. No suelo dejar el auto ahí pero llegué con poco tiempo y no había mucho para elegir”, lamentó Carrafiello en diálogo con Radiópolis (Radio 2).

En un principio pensó que el mal momento había terminado ahí, pero no. Mientras limpiaba los vidrios y repasaba las cosas que los delincuentes le habían robado, se dio cuenta que le faltaba la llave de la casa de sus padres, donde había dejado a sus hijos de 4 y 6 años.

 

“En un momento logro vincular y acordarme que en el auto tenía dos impuestos a mi nombre que llegan al domicilio de mis padres. Mientras termino de limpiar el auto me avisan que las tarjetas verdes las habían dejado en el domicilio de otro familiar y cuando llego a buscar a mis hijos, me cuentan que en pleno partido ingresaron tres delincuentes”, relató.

De acuerdo al testimonio del conductor de Radio Fútbol Club, los ladrones utilizaron el impuesto para saber el domicilio al que correspondía la llave y la utilizaron para abrir el portón de ingreso. “Una vez adentro abren un segundo portón y ahí se cae la llave que estaba puesta del lado de adentro. Mi sobrino de 14 escucha el ruido y ve a los tres delincuentes por la ventana”.

Ante esta situación el joven comienza a gritar al igual que los hijos de Fernando que tienen 5 y 6 años. “Mis viejos estaban en la cocina y ante los gritos rápidamente se levantan y logran cerrar con llave la última puerta que los separaba de los delincuentes. Con todo el griterío, finalmente los ladrones se terminan yendo”, remarcó.

La pesadilla que sufrió el movilero de Radio 2 es algo que se viene repitiendo cada vez que Central juega de local en el Gigante. Desde el piso de Radiópolis, recordaron que el 6 de junio pasó una situación similar, con delincuentes que terminaron ingresando a un estudio jurídico y el 16 de ese mes (segundo partido de Central como local), nuevamente hubo autos reventados en las inmediaciones del estadio.