Luego de la reapertura, con custodia policial, del centro de salud del barrio Stella Maris, y en momentos en que el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni, anunciaba por televisión el refuerzo del patrullaje, este lunes por la noche asesinaron a otro hombre a pocas cuadras del dispensario, elevando a siete la saga de homicidios de las últimas 48 horas en Rosario.

El nuevo ataque armado se produjo en Juan B. Justo al 8100, apenas a seis cuadras del dispensario Ceferino Namuncurá, que había vuelto a funcionar más temprano luego de un cierre preventivo ante el aumento de crímenes y balaceras en la zona, en medio de disputas territoriales por el narcomenudeo.

Foto: Alan Monzón / Rosario3

La víctima, identificada como Alejandro Marcelo Padial, vecino del barrio y de 58 años, yacía cerca de las 21 dentro su camioneta, una Ford Ranger, que al parecer conducía cuando lo acribillaron desde una moto con dos personas que se le puso a la par, por razones que se investigan.

Sin mediar palabras, los asesinos lo ejecutaron de varios tiros, según aportaron testigos desde el móvil en vivo de Telenoche (El Tres). El vehículo quedó parado sobre la vereda, con las luces encendidas.

La investigación quedó a cargo de la fiscal Gisela Paolicelli, que cuenta con unas cuatro vainas servidas encontradas en la escena y ordenó medidas de rigor como relevamiento de cámaras de seguridad cercanas.

Son siete los asesinatos en la ciudad en apenas 48 horas y van 14 en 13 días de noviembre.

Con Brilloni a pocas cuadras

 

Desde el mismo móvil periodístico, minutos antes -y aún no confirmado el nuevo crimen- Brilloni había destacado que en un compromiso de la cartera de Seguridad provincial con el municipio, se acordó que durante el horario de funcionamiento del nosocomio habría un patrullaje preventivo.

Esto, dijo, fue tras el pedido del intendente Pablo Javkin, quien “registró los incidentes en el barrio y pidió medidas de protección especial habida cuenta de que es un centro de salud”.

Consultado en torno a las hipótesis sobre la inseguridad y violencia en Stella Maris, en el noroeste rosarino, precisó: “Es un barrio de conflictividad y vulnerabilidad, un lugar donde confluyen muchos factores. Entre ellos, disputas entre bandas dedicadas al narcomenudeo disputan el liderazgo territorial”.

El ministro, en el marco de contextualizar la realidad del barrio, reconoció: “Si tuviéramos los recursos que necesitamos para poder atender tanta demanda, estos hechos no ocurrirían”. Entonces enumeró: "Hoy cierra Colectividades, donde empeñamos 160 efectivos garantizaron seguridad con normalidad, y seguimos con operativos en los encuentros futbolísticos de Rosario y de Santa Fe”.

Entonces aseveró: “Buscamos responder a la demanda social con prevención y con investigación”. Reconoció que “se han dado hechos altamente graves”, pero aseveró que el camino es “investigando y a los responsables de crímenes hay que meterlos presos”.

Consultado en torno a cuánto se puede mantener el patrullaje policial en el centro Ceferino Namuncurá, aseguró: “Vamos a sostenerlo todo el tiempo que podamos”.

"Llevamos distintos operativos de saturación en varios barrios", dijo y enumeró a 17 de Agosto, Ludueña, Las Flores, Larrea, Empalme Graneros, Industrial y Fisherton. "Allí registramos delitos altamente lesivos, y en los que fueron los seis homicidios de este fin de semana", puntualizó.

Disputa de bandas narco y nada de especulación política

 

El encargado de la cartera de Seguridad fue consultado y negó cualquier lectura política sobre el recrudecimiento de los hechos delictivos y violentos de la ciudad: “Cualquier lectura que hagamos, se basa en las investigaciones que llevamos adelante, y con el secreto de sumario y el marco de confidencialidad, no me permiten contar detalles”.

Finalmente, Brilloni aseguró que, basado en los avances de sus investigaciones, la escalada de violencia se debe a la disputa de bandas narcotraficantes: “Tenemos indicios y certezas de que estos hechos tienen vinculación con las disputas por el dominio territorial y el liderazgo en lo que se denomina 'pase de factura' entre las bandas. Tiene que ver con juicios, excarcelaciones y cumplimiento de condenas de miembros importantes de las bandas, que lleva a un reordenamiento del territorio”.