El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció este miércoles un "fraude" electoral sin aportar pruebas y amenazó con recurrir al Tribunal Supremo para detener el recuento de votos, mientras su rival, Joe Biden, pedía paciencia hasta tener los resultados, algo que puede llevar días.

Según los corresponsales de EFE, Lucía Leal y Jairo Mejía, la desafiante declaración de Trump cerró una noche electoral marcada por la incertidumbre, con el recuento aún en marcha en al menos cinco estados clave y sin que ninguno de los dos candidatos alcanzara el mínimo de 270 delegados que dan las llaves de la Casa Blanca.

"Iremos al Tribunal Supremo. Queremos que pare todo el proceso de votación", anunció Trump hacia las 2.30 de la mañana del miércoles (6.30 GMT) desde la fiesta organizada en la Casa Blanca para unos 150 invitados.

Trump proclamó que él ya había "ganado las elecciones", algo falso puesto que la situación está muy ajustada en varios estados. Además, aseveró que se había cometido un "fraude al pueblo estadounidense" sin aportar pruebas de que se esté interfiriendo en los procedimientos legales de votación.

El mandatario tampoco aclaró cómo se habría materializado ese fraude, más allá de afirmar que la oposición estaba "tratando de quitar el derecho al voto" a sus simpatizantes, algo de lo que tampoco hay pruebas.

Resultados pendientes en estados claves

 

Sus declaraciones llegaron después de que los estados clave de Pensilvania, Michigan y Wisconsin avisaran de que necesitarían más horas, e incluso días, para contar todos los votos, debido en parte al aumento del sufragio por correo a raíz de la pandemia.

Cuando Trump habló, tampoco estaban claros los resultados en otros dos estados clave, Georgia y Carolina del Norte, y sus palabras confirmaron los temores de muchos estadounidenses de que el mandatario aceptara un recuento que se extendiera más allá de la noche electoral, como lleva semanas advirtiendo.