Este domingo se celebraron elecciones en Italia, y según proyecciones del Ministerio del Interior con el 90% de las mesas escrutadas, la derecha se quedaría con alrededor de 236 de los 400 diputados y 114 de 200 senadores. Así, la líder derechista Giorgia Meloni, se impuso con su partido Hermanos de Italia y aspira a formar un Gobierno junto a sus aliados de la Liga y Fuerza Italia con el que espera "unir" al país, mientras el centroizquierdista Partido Democrático advirtió que le hará una "oposición dura e intransigente" al nuevo Ejecutivo.

"Gobernaremos para unir a los italianos", prometió Meloni al dar su primer discurso como ganadora, cuando en la madrugada las encuestas a boca de urna y los primeros datos oficiales ubicaban a su alianza de derecha nacionalista con una proyección de más del 50% de las bancas en cada cámara.

"No estamos en un punto de llegada sino de partida, y desde mañana deberemos demostrar nuestro valor", planteó Meloni, romana de 45 años, a sus seguidores.

"De los italianos llegó una indicación clara: un Gobierno de centroderecha guiado por Hermanos de Italia", destacó Meloni esta madrugada al conocerse los primeros datos del escrutinio.

Meloni, que más que duplicó a sus socios de coalición, deberá ahora consolidar los apoyos dentro de la alianza de derecha para poder mostrarse ante el presidente Sergio Mattarella como una opción real de formar un Gobierno estable que se asegure el respaldo de al menos la mitad más uno de los miembros de cada Cámara.

Este lunes, el líder de la Liga Matteo Salvini fue el primero de los referentes de la derecha en analizar la victoria y prometió que con la coalición habrá "Gobierno para cinco años", en referencia a la duración del Parlamento elegido este domingo

"Hay un gobierno elegido por los ciudadanos con una mayoría clara de centroderecha en Diputados y Senadores. Por al menos cinco años espero que no haya cambios y pondremos en el centro solo las cosas para hacer", agregó Salvini.

El líder de la Liga, que busca ser nombrado ministro del Interior para desplegar su política contraria a los inmigrantes y a las personas rescatadas en altamar, planteó en una declaración desde la sede partidaria su reconocimiento a la elección de Meloni.

"Giorgia estuvo muy bien, trabajaremos juntos muy bien por mucho tiempo", dijo.

Salvini planteó además que "Italia tiene 5 años de estabilidad adelante" en caso de que, como se espera, la derecha pueda formar un nuevo Gobierno.

De todos modos, el líder de la Liga reconoció que "no" se siente satisfecho con no haber llegado al 10% de los votos, un piso que buscaba alcanzar para negociar mayor presencia en el eventual gabinete derechista.

De acuerdo con la Constitución italiana, se inicia ahora un proceso para la formación de Gobierno que puede durar un mínimo de tres semanas antes de que un Ejecutivo pueda presentarse en el Parlamento a buscar el voto de confianza de las dos Cámaras.

En segundo lugar de las elecciones se ubicó una alianza de centroizquierda que tuvo como eje al Partido Democrático (PD), que, con cerca del 19% de los votos, permanece como la segunda fuerza a nivel singular, aunque lejos de las aspiraciones.

"Es un resultado que obviamente no nos satisface", reconoció hoy el expremier Enrico Letta en conferencia de prensa, al tiempo que se reconoció como "la primera fuerza de oposición", un rol que buscará disputar con el Movimiento Cinco Estrellas, tercer partido más votado ayer.

"Haremos una oposición dura e intransigente con todas nuestras fuerzas frente a una derecha que recibió un mandato claro para gobernar los próximos años", adelantó Letta, que además aseguró que no buscará reelegir como máxima autoridad del PD sino que dará espacio "a las próximas generaciones".

"No permitiremos que Italia se vaya del corazón de Europa ni que se suelte de los valores europeos", advirtió luego el líder del PD, reforzando su pertenencia al bloque continental alineado con Bruselas y frente a la postura crítica con el bloque de la alianza de derecha ganadora.

Los próximos desafíos

 

Más allá de qué coalición pueda mostrarse ante Mattarella como más capacitada para formar un nuevo Gobierno, el próximo Ejecutivo deberá concentrar buena parte sus esfuerzos iniciales en buscar contener la inflación, moderar el impacto de la suba de la energía y conservar el buen vínculo con Bruselas que desde febrero de 2021 mantuvo el renunciante premier Mario Draghi.

Las elecciones de este domingo se dan en un marco en el que la inflación, que a fines de agosto tocó el pico más alto en 37 años, un 8,4% interanual, se ha vuelto uno de los principales temas de preocupación de los italianos.

En esa dirección, la suba de los precios de la energía amenaza ya a varias industrias muy dependientes de la luz y el gas, desde la construcción hasta la gastronomía, lo que abre interrogantes sobre los niveles de crecimiento de una economía que en el segundo trimestre había logrado crecer casi el 5% frente al mismo período de 2021, de acuerdo al instituto estadístico Istat.

Las elecciones habían sido convocadas a fines de julio luego de la caída del Gobierno de Mario Draghi, que era apoyado desde febrero de 2021 por todos los partidos menos Hermanos de Italia, y que se mantiene en su cargo para la "administración corriente" del Estado hasta la jura de un nuevo Ejecutivo.

Además de los electores repartidos en más de 61.000 mesas de votación en toda la península, otras 4.741.790 personas estaban habilitadas para sufragar desde el exterior, incluidas casi 756.000 desde Argentina.

Los votos del exterior, que llegaron por correo, se escrutarán durante la madrugada junto a los emitidos en Italia.

Salvini, Berlusconi y Meloni, los líderes de la derecha italiana (EFE).