Tras la negativa de la Cámara de Diputados al proyecto de emergencias que había solicitado el gobernador Omar Perotti, y que había logrado media sanción del Senado, desde el oficialismo aseguraron que el Frente Progresista busca ponerle un "corset" a la nueva gestión.

"La emergencia implicaba contar con herramientas del orden administrativo y financiero para el panorama complejo que tiene la provincia", dijo el ministro de Gestión Pública de Santa Fe, Rubén Michlig, a Radio 2.

"Es un nuevo corset que le pone el Frente Progresista a la gestión de Omar Perotti. Nos obliga a insistir, porque si no será muy difícil tener gobernabilidad en el inicio de gestión", afirmó el funcionario e insistió con la necesidad de "contar con herramientas extraordinarias para una situación que es de emergencia".

Para el ex ministro de Seguridad y actual diputado provincial, Maximiliano Pullaro, "lo que se pretende es el intento de tener superpoderes del gobernador". 

"Si quiere una ley de seguridad o una ley sanitaria, estamos dispuestos a discutirlo pero no con superpoderes", añadió en el programa Radiópolis.

Su par y también ex ministro de Miguel Lifschitz, Pablo Farías, cuestionó las cuatro emergencias pedidas (en materia de contrataciones; la social, alimentaria y sanitaria; la económica, fiscal y financiera; y en seguridad): "No encontramos en esta norma de emergencia que haya verdaderas acciones para mejorar la situación que tenemos".

Por su parte, el vocero del gobierno, Leo Ricciardino, aseguró en Cada Día (El Tres) que el pedido de Perotti a la Legislatura "no es ninguna locura, no hay superpoderes; por algo se pidió la emergencia nacional, también en provincia de Buenos Aires y acá en Santa Fe".

"La oposición entendió que no correspondía y la rechazó. Ahora habrá que buscar otras alternativas pero todo va a ser más lento en una provincia con mucho déficit", agregó el periodista.

Ricciardino afirmó que las emergencias pedidas eran porque permitían apurar licitaciones, realizar compras de equipamientos, poder reordenar al personal policial o la producción de medicamentos del LIF y también para hacer frente a la crisis alimentaria. "La medida apuntaba a los sectores que ya no dan más pero al no contar con la emergencia esto va a llevar más tiempo y será más difícil de hacer", consideró.