Sin cambios. Así quiere el oficialismo que salga este viernes, en una inusual sesión entre la Navidad y el fin de semana, el presupuesto 2026 en el Senado. Cualquier coma de más o de menos haría volver el proyecto a Diputados ya casi sobre fin de año y el gobierno sabe que le debe dar al mercado una muestra de que es capaz de manejar el Congreso, luego del traspié que implicó en la Cámara el rechazo completo del capítulo once. Ese capítulo derogaba las leyes de financiamiento universitario y emergencia en discapacidad. El impacto de que quedara fuera resultó tan fuerte que Javier Milei amenazó con vetar toda la iniciativa.
Pero esa posibilidad quedó archivada cuando el presidente vio que el mercado igualmente reaccionó de manera celebratoria a la aprobación del presupuesto, que da una previsibilidad sobre el gasto que hasta ahora no tuvo la administración libertaria.
Por eso también la preocupación por contar con la herramienta sin dilaciones. Para eso, es fundamental que la senadora Patricia Bullrich, líder del oficialismo en el Senado, consiga no solo la aprobación en general, que está garantizada, sino también que en el tratamiento en particular no se produzcan modificaciones.
Sin embargo, hay dos artículos que generan tensión con la oposición dialoguista. Uno es el 30, que elimina pisos sobre el financiamiento de los sistemas Educativo y de Ciencia, Tecnología e Innovación; de Educación Técnico Profesional; y del Fondo Nacional de la Defensa. Hubo muchas quejas por ese tema que llegaron desde el interior del país, donde uno de los asuntos que preocupa es que se queden sin financiamiento las escuelas técnicas.
El otro artículo en observación es el 12, que establece que “las universidades deberán presentar ante la Subsecretaría de Políticas Universitarias de la Secretaría de Educación del Ministerio de Capital Humano la información necesaria para asignar, ejecutar y evaluar los recursos que se les transfieren por todo concepto. El citado ministerio podrá interrumpir las transferencias de fondos en casos de incumplimiento en el envío de dicha información en tiempo y forma”.
Es decir, el gobierno puede dejar de enviar fondos a una universidad si entiende que no es correcta la rendición de cuentas. La UCR en particular es el sector que más resiste este punto.
El oficialismo cuenta que tiene 44 votos: 21 de La Libertad Avanza, 10 de la UCR, tres del PRO, y el resto de silvestres provinciales. El problema es que no todos están dispuestos a acompañar a libro cerrado, que fue lo que tumbó en Diputados el capítulo 11.



